PUNTO 1. CONTEXTUALIZACIÓN DEL SECTOR TURÍSTICO
1.1. Conceptos básicos del turismo
Antes de adentrarse en cualquier profesión o trabajo, es esencial comprender y asimilar los conceptos en los que se basa el sector determinado, tratándose en este caso del sector turístico.
El sujeto, desde el punto de vista económico, puede emplear su tiempo en dos labores: ocio o trabajo.
El mercado turístico, uno de los puntos a tratar en este tema, surge de la idea de poner a disposición del cliente actividades y ocupaciones para desempeñarlas en el tiempo de ocio (salvo un concepto que se verá más adelante como es el turismo de negocios).
Entendemos por ocio aquel tiempo libre del que dispone el individuo que no se dedica al trabajo, así como el entretenimiento por cualquier forma de ocupación de dicho ocio. A su vez, hablamos de turismo como una manera determinada de entretenimiento que se basa en un desplazamiento que une puntos de origen y destino, además de pernoctar, como mínimo una noche, en el punto de destino.
A causa de la relativa poca edad con la que cuenta el turismo como actividad socioeconómica generalizada y a su difícil rasgo multidisciplinar, existe una carencia de definiciones conceptuales concisas que aclaren la actividad turística y la diferencien de otros ámbitos.
Encontramos un gran debate académico acerca de qué es exactamente el turismo, qué componentes lo forman y qué individuo ha de estimarse como turista, lo que ha provocado gran variedad de definiciones. De estas, cada una ha realzado factores diferentes dentro de la misma actividad. Así, podemos afirmar que no hay definición adecuada o inadecuada, ya que la mayoría ayuda de una u otra forma a profundizar en cuanto a la comprensión del turismo.
No obstante, es preciso elaborar un marco conceptual que intervenga como punto de partida para poder originar estadísticas óptimas a nivel internacional ya que, con la enorme pluralidad de sistemas estadísticos que hay en la actualidad, es complicado representar la relevancia de la actividad turística.
1.1.1. Definiciones de turismo
La problemática de las definiciones siempre ha constituido una dura complejidad para analizar el turismo por parte de los profesionales. Han aparecido ciertas técnicas para hacer más sencillo el cálculo del impacto turístico, pero no existe una definición asimilada de forma universal acerca de los elementos de la industria turística.
El concepto de turismo se puede analizar desde varios puntos de vista y disciplinas, debido a la dificultad de las relaciones entre los componentes que lo constituyen.
El turismo, como ámbito de investigación en las universidades, empieza a despertar interés en la etapa integrada entre las dos guerras mundiales, entre el 1919 y 1938. En esta etapa, diversos economistas de Europa se inician en la publicación de los trabajos pioneros, sobresaliendo la conocida como escuela berlinesa, formada por autores de gran formación en la materia como Bormann, Schwink o Glucksmann.
Tras este periodo, a principios de la década de los 40, Hunziker y Krapf, profesores de la Universidad de Berna (Suiza), definían el turismo como: “la suma de fenómenos y de relaciones que surgen de los viajes y de las estancias de los no residentes, en tanto en cuanto no están ligados a una residencia permanente ni a una actividad remunerada”
Lógicamente, esta definición dada en pleno desarrollo de la Segunda Guerra Mundial, y como adelanto a lo que posteriormente se convertiría en turismo de masas, es demasiado general y poco esclarecedora debido a que incorpora demasiados conceptos que precisarían de una definición previa, como fenómeno, viajes, relaciones, etc.
Más tarde, en 1981, se definiría el turismo a manos de Burkart y Medlik como “los desplazamientos cortos y temporales de la gente hacia destinos fuera del lugar de residencia y de trabajo, y las actividades emprendidas durante la estancia en esos destinos”.
En esta definición, ideas como “desplazamiento fuera del lugar de residencia y de trabajo” sugieren de forma positiva el matiz de viaje y vacaciones/ocio de manera opuesta a “trabajo” o “residencia”, aunque simultáneamente, excluye términos contemporáneos de turismo, como viajes de negocio o temporadas en segundas residencias. Además, también se antoja impreciso el término “desplazamiento corto”.
Existe otra definición dada por Mathieson y Wall en 1982 que modifica ciertos aspectos de la anterior, definiendo el turismo como aquel “movimiento temporal de la gente, por períodos inferiores a un año, a destinos fuera del lugar de residencia y de trabajo, las actividades emprendidas durante la estancia y las facilidades creadas para satisfacer las necesidades de los turistas”.
La Organización Mundial del Turismo (OMT) es un organismo perteneciente a las Naciones Unidas, responsable de promocionar un turismo equilibrado y adecuado. Está compuesta por 156 países, 6 miembros asociados y más de 400 miembros afiliados que actúan como representantes del sector privado, asociaciones de turismo, autoridades locales relacionadas con este sector o instituciones de enseñanza.
La OMT entendió el turismo como un ámbito que “comprende las actividades que realizan las personas durante sus viajes y estancias en lugares distintos al de su entorno habitual, por un período de tiempo consecutivo inferior a un año con fines de ocio, por negocios y otros motivos”.
Esta definición se muestra bastante flexible, determinando las características más esenciales del turismo.
Estos rasgos característicos son los siguientes:
Referente a este último rasgo, la OMT recoge el concepto “entorno habitual” como “una cierta área alrededor de su lugar de residencia más todos aquellos lugares que visita frecuentemente”.
De la totalidad de definiciones vistas hasta el momento, hay que resaltar la relevancia de los elementos que se exponen a continuación:
De los visto anteriormente, se pueden extraer tres elementos esenciales en el fenómeno turístico:
1.1.2. Viajero, turista y visitante
Se debe diferenciar de forma clara las distinciones que existen entre viajero, turista y visitante, considerando que la diferencia vendrá dada por el periodo de tiempo que se alargue la estancia en el destino. La OMT diferencia entre:
-Turista. Se trata del visitante que pernocta al menos por una noche en un medio de alojamiento privado o colectivo dentro del país al que ha viajado. En este grupo se engloban los extranjeros no residentes y los nacionales residentes en el extranjero.
-Excursionista (visitante del día). Se trata de todo visitante que no pernocta en un alojamiento privado o colectivo.
1.1.3. Tipos de turismo
Desde la perspectiva de la demanda, según el modo de producirse la dirección de las corrientes turísticas, podemos establecer diferentes tipos de turismo:
Los tres tipos de turismo anteriores pueden combinarse en otros grupos, que son los siguientes:
Si se agrega la variable de la duración de la estancia y del viaje, se puede diferenciar entre:
Cuando la capacidad financiera del turista es elevada, se denomina turismo de élite, y si no es así, se conoce como turismo social o de masas.
1.2. Evolución histórica del fenómeno turístico
En el análisis y desarrollo del turismo es esencial estudiar la historia, ya sea por las enseñanzas que engloba o porque en la historia se asentaron las bases del desarrollo, ya que muchos de los adelantos e inventos pasados se presentan como eficientes en la actualidad.
No obstante, el turismo tal y como lo conocemos es relativamente reciente. La palabra no se conoció hasta el siglo XIX en su lengua, el inglés. Al principio, el término adoptó un sentido vulgar e incluso despectivo hacia los extranjeros, refiriéndose a viajes de grupo de poco valor económico. Sin embargo, las palabras viajero y viaje sí ostentaban un puesto considerable en la escala intelectual de la época, recordando la calidad de los viejos viajeros, habitualmente gente con grandes fortunas, aristócratas o intelectuales. Por esto, el viaje de ocio como actividad de recreo es un término reciente.
En la Edad Media, la sociedad se organizaba en comunidades agrícolas sedentarias y, solo en contadas ocasiones, viajaban fuera de sus comunidades. Con la llegada de la Revolución Industrial la situación únicamente cambió para las altas esferas, ya que este sector de la población fue el que disfrutó de los viajes de ocio.
Se puede realizar un seguimiento del crecimiento del turismo dividiéndolo en cuatro fases, que estuvieron muy ligadas a los cambios del transporte, sector esencial en el ámbito del turismo.
No obstante, hay que recordar que los adelantos en el transporte no originaron el turismo, únicamente lo facilitaron, ya que el interés por este campo ya existía.
Otros factores fundamentales que influyeron en el turismo y los viajes, fueron:
Las tres fases o etapas que se van a analizar son las siguientes:
• Prehistoria del turismo. Esta fase engloba el gran periodo que va desde las fechas medievales hasta comienzos del siglo XVII, época en la que aparecen las primeras señales de desarrollo económico industrial.
En el inicio de esta etapa, las guerras y movimientos de peregrinación supusieron desplazamientos notables de manera no organizada. Los peregrinos, al finalizar su camino, eran premiados con la concha de la vieira, siendo este símbolo el más antiguo del sector.
La Reforma y la separación de la enseñanza de la religión activaron los desplazamientos. Los comerciantes y funcionarios comenzaron a moverse, mientras que las universidades organizaban visitas de alumnos y profesores y los frailes itinerantes iban de un convento a otro. A partir de 1600, aproximadamente, los viajes fueron incluidos en la enseñanza de un caballero.
A esta clase de viajes efectuados por las altas esferas le siguió un interés creciente por los desplazamientos relacionados con la salud, como el crecimiento de los balnearios. En España, alrededor de 1850, la nobleza de la corte de Isabel II comenzó a frecuentar las playas de San Sebastián. Al principio, el motivo era el de la salud, aunque posteriormente aparecieron actividades relacionadas con el casino.
• El transporte. Esta etapa fue testigo del primer gran auge de los viajes, repercutiendo bastante en la economía y las costumbres sociales. La primera línea de pasajeros unió Liverpool con Manchester en el año 1830, incrementándose esta costumbre rápidamente, desde Gran Bretaña hasta Europa y América del Norte.
El primer ferrocarril en España fue el de Barcelona-Mataró en 1848, cubriendo unos 29 km de distancia. En 1851 se instauró una segunda línea que unía Madrid con Aranjuez.
En el ámbito europeo, Tomas Cook introduciría el primer paquete turístico en 1841, aunque antes de este hecho, las líneas de ferrocarril ya ofertaban excursiones para un número considerable de viajeros. La primera meta del ferrocarril se basaba en transportar mercancías, pero la oferta se amplió y pudo incorporar viajes de pasajeros a unos precios más que asequibles. Sorprendió a propios y a extraños la aceptación que tuvo el billete barato de ferrocarril para eventos especiales.
No obstante, la esencial contribución de Cook hizo que apareciera una organización del viaje más completa, aunando transporte, alojamiento y ciertas actividades complementarias.
El crecimiento que tuvieron los viajes en Estados Unidos se tradujo en la creación de la compañía Wells Fargo, que más tarde daría lugar a American Express. Comenzó con la actividad del transporte de lingotes y viajeros de carruajes, pasando posteriormente a postularse como compañía de viajes.
Cook no tardó en ofertar una amplia gama de viajes por América, Europa o Egipto, aunque también se aventuró a ofrecer destinos más exóticos. La Exposición de París en 1861 atrajo a 75.000 viajeros mediante la compañía de Thomas Cook.
Los visitantes británicos de Sin Henry Lunn condicionaron mucho la aparición del turismo deportivo de invierno en Suiza, lo que se incrementó con el paso del tiempo, extendiéndose a otras regiones y países.
Debido a esto, comenzaron a estilarse las grandes inversiones en establecimientos y actividades de montaña.
Los viajes determinados que no perseguían el fin del ocio (negocios, profesionales, salud, etc.) no tuvieron una respuesta positiva al principio por parte del público. Cook diseñó un sistema, que en la actualidad se encuentra a la orden del día de los viajes, gracias al cual muchas personas pudieron conocer otros países e incluso familiarizarse con los mismos por primera vez.
• El despegue del turismo. En la mayor parte de esta etapa, los países desarrollados industrialmente, sobre todo los de Europa Occidental, América del Norte o Japón, han protagonizado el turismo mundial, aunque ciertos cambios que se produjeron en los años ochenta terminaron con los flujos turísticos y, con ello, los impactos económicos.
Europa se ha posicionado como un mercado esencial de generación de turismo para realizar viajes al exterior. Hasta 1991, los viajes desde Europa hasta Estados Unidos igualaron e incluso sobrepasaron a los viajes desde Estados Unidos hacia Europa. Encontramos en zonas orientales a ciertos países (Japón o China) que se han instaurado en los primeros puestos de mercados turísticos relevantes, debido sobre todo al gran auge que experimentaron, hecho que se tradujo en un crecimiento a tener en cuenta por parte de la zona asiática.
Antes de la década de los 90 del siglo XX, ya estaba impuesto un mercado muy segmentado en Europa y los países desarrollados por la industria. La demanda clásica quedó atrás debido al auge de otras modas y alternativas, así como la aparición de los nuevos intereses de una sociedad con mayor movilidad, exigente en el sector del turismo.
La considerable disminución del coste real de los viajes internacionales, sobre todo en los itinerarios de gran distancia, supone un nuevo camino, aumentando de manera notable las fuerzas competitivas.
El atractivo de los sencillos productos de masas clásicos, como el mar, la playa o el sol, se antojan ya insuficientes para pelear en la carrera por liderar el turismo, produciéndose un derrumbe de las restricciones y límites tradicionales dando paso al libre movimiento por el planeta. Por esto, el marketing comienza a adquirir una relevancia suprema en el sector.
1.3. Corrientes y núcleos turísticos
Hablamos de corriente o flujo turístico para referirnos al desplazamiento de individuos de un origen emisor a un destino que actúa como receptor de esos viajeros. Al referirnos a núcleos turísticos, hacemos referencia a países, ciudades, etc. Cuando uno de estos núcleos acoge más viajeros de los que salen, se considera un núcleo receptor neto.
En lo que concierne a las corrientes turísticas, encontramos determinados aspectos que contribuyen a reconocer los rasgos característicos que aparecen en los desplazamientos de individuos:
– Europa.
– Norteamérica.
– Sudamérica.
– Asia Oriental y Pacífico.
– Asia Meridional.
– Oriente Medio y África.
– Visitas a familiares y/o amigos.
– Religión y peregrinación.
– Tratamientos de salud.
– Ocio, recreo y vacaciones.
– Negocios y razones profesionales.
– Otros motivos.
1.4. El sistema turístico
La tipología de la actividad turística resulta de distintas interrelaciones complejas entre aspectos que hay que tener en cuenta de forma conjunta desde un punto de vista sistemático, o lo que es lo mismo, un conjunto de componentes relacionados entre ellos que progresan de forma dinámica.
Diferenciamos cuatro elementos esenciales dentro del concepto de actividad turística:
El turismo es un sistema de relaciones entre un individuo (turista) y un objeto (organización, núcleo receptor), que se sucede bajo la influencia de varios entornos, entre los que encontramos:
1.5. Agentes del sector u operadores turísticos
Los agentes del sector, denominados operadores turísticos, son los agentes que intervienen en el ejercicio turístico, habitualmente en el papel de intermediarios entre el destino final (consumidor turístico) y el producto o servicio que se oferta.
Se estiman como parte del sistema turístico toda persona jurídica que desempeñe la totalidad de los ejercicios orientados al turista:
Las empresas del sector turístico, así como los organismos supranacionales y la Administración Pública son los elementos que protagonizan el ámbito turístico.
1.5.1. Empresas
En lo referente a las empresas, podemos determinar una jerarquía entre las que se encuentran vinculadas con el sector de forma directa y las que, sin ser netamente turísticas, les influye este sector, llegando a ser parte muy importante de su actividad.
1.5.2. Organizaciones supranacionales
Los distintos organismos supranacionales, tanto los privados como los públicos, estimulan el ejercicio turístico desde un punto de vista internacional. Destacan los siguientes:
1.5.3. Administración Pública
La Administración Pública, en los distintos grados jurisdiccionales, posee una gran influencia en las áreas de la administración especializada, como las concejalías de Turismo, así como en la administración de las políticas orientadas al ámbito turístico y en las infraestructuras precisas llevadas a cabo por la Administración Pública para el crecimiento y la agilización de los flujos turísticos.
Estos tres elementos que hemos visto están sujetos a ciertas obligaciones, a saber:
• Ayudar, a través del crecimiento de sus actividades, a promocionar institucionalmente el ejercicio turístico.
• Realizar la totalidad de la actividad del turismo para el que están acreditados.
• Ajustarse a la verdad a la hora de realizar la publicidad de su producto, así como ceñirse a la normativa existente en torno a la protección del medioambiente.
1.6. Efectos del turismo
El turismo es un aspecto relevante y prácticamente esencial para el sector económico de un estado, repercutiendo en los ámbitos político y social. A pesar de esto, los efectos pueden ser positivos o negativos, ya que puede suponer en los peores casos actos de delincuencia repetidos o propagación de virus o enfermedades.
Podemos diferenciar distintos efectos o consecuencias del turismo, atendiendo al lugar donde se desarrolle esta actividad.
1.6.1. Países pobres o en vías de desarrollo
Los efectos positivos que produce en turismo son los siguientes:
No obstante, el impacto del turismo también tiene como consecuencia aspectos negativos que repercuten en estos países:
1.6.2. Países desarrollados
Podemos encontrar los siguientes efectos positivos:
No obstante, a pesar de los beneficios, también encontramos efectos negativos como consecuencia del turismo:
– Terreno disponible.
– Opción de desarrollo futuro.
– Demanda de alojamiento.
– Infraestructuras básicas suficientes.
– Demasiada masificación produce rechazo.
1.6.3. Clasificación de los efectos según la OMT
PUNTO 2. IDENTIFICACIÓN DE LAS TIPOLOGÍAS TURÍSTICAS Y SUS TENDENCIAS
2.1. Tipologías y clasificaciones
Se conocen por tipologías turísticas a aquellas actividades que se obtienen al tomar como referencia los gustos e intereses del turista.
El concepto de actividades turísticas está definido en el Estatuto Ordenador de las Empresas y Actividades Turísticas, según el Real Decreto 231 de 14 de enero de 1965 de este modo: “todas aquellas (actividades) que de manera directa o indirecta se relacionan o pueden influir predominantemente sobre el turismo, siempre que lleven consigo la prestación de servicios al turista, tales como transporte, venta de productos típicos de artesanía nacional, espectáculos, deportes, manifestaciones artísticas, culturales y recreativas y especialmente las profesiones turísticas”.
El ámbito del turismo ha experimentado una considerable diversificación en los últimos tiempos, relacionada con las tipologías turísticas, ya que la extensión de las distintas motivaciones que influyen en el turista a viajar han ido en aumento, por las diferentes características de los destinos y por la singularidades de cada servicio de turismo.
El clásico turismo de sol y playa, predominante en el pasado, ha dejado paso a los distintos tipos de turismo que conocemos hoy en día. Las diferencias se dejan ver tanto a nivel tipológico como al del perfil del visitante.
Según aspectos temáticos, podemos distinguir entre una gran variedad de turismo, de los que destacamos, analizamos y desgranamos los que vienen a continuación.
2.1.1. Turismo cultural
Conjunto de actividades enfocadas a ofrecer ciertos conocimientos del ámbito cultural al turista desde un punto de vista del ocio y el tiempo libre. El público consumidor suele buscar el disfrute mediante la adquisición de valores culturales característicos de la zona en cuestión.
El turista cultural suele cumplir ciertas características comunes en este ámbito, como un alto nivel intelectual, interés por el pasado histórico de la zona y con voluntad de aprendizaje cultural constante.
Dentro del turismo cultural, las actividades se engloban, entre otros, en los siguientes grupos:
– De exposiciones. El carácter histórico-arquitectónico se reduce a espacios concretos y marcos determinados, como los museos, salas de exposiciones o pinacotecas.
– Arquitectura popular. Es resultado da la herencia histórica y arquitectónica de los pueblos que en el pasado ocuparon ese territorio.
– Monumental. Se presenta como un contexto voluminoso y grandilocuente, encontrándose en lugares de gran concentración patrimonial.
2.1.2. Turismo deportivo
Hablamos de turismo deportivo cuando el deporte es el gran atractivo de estos viajes, independientemente de la tipología de deporte de la que se trate. El turista puede cumplir dos papeles: protagonista o simple espectador. En los últimos tiempos, este tipo de turismo ha experimentado un aumento considerable.
Los lugares más visitados serán los que reúnan las condiciones para practicar determinados deportes.
Destacan en el turismo deportivo estas categorías:
Podemos distinguir entre las siguientes divisiones:
2.1.3. Turismo de aventura
Diferenciamos dos categorías: circuitos de aventura y deportes de aventura:
El público potencial es joven, dinámico y amante del riesgo, con un nivel económico medio. A causa de la enorme diversidad que encontramos, los cinco continentes albergan puntos de interés en este tipo de turismo.
2.1.4. Turismo ecológico
Así se conoce al tipo de turismo que se lleva a cabo en el ambiente de un espacio natural que no esté modificado por la huella del hombre. Los puntos de interés en este turismo recaen en los paisajes, el clima, y la flora y fauna por su carácter educativo, científico y el meramente estético.
Se suele realizar en lo que se conoce como ámbitos rurales, aunque también suponen un buen lugar aquellas zonas prácticamente vírgenes o con señales de poca o ninguna actividad. Diferenciamos entre:
2.1.5. Turismo rural
Este tipo de turismo, que que también recibe el nombre de turismo de interior, consiste en la agrupación de actividades que se realizan en entornos naturales o en reducidas poblaciones rurales, centrándose en la cultura o los valores locales. Esta clase de turismo sirve como accesorio a la economía tradicional, posibilitando los movimientos de visitantes y receptores de estos. El descanso, la tranquilidad y los paisajes son las características propias de este tipo de turismo.
Para alojar a los turistas, encontramos hoteles y casas rurales en entornos apropiados para disfrutar de las características que anteriormente se nombraban.
La OMT diferencia entre turismo rural y de naturaleza, estimándolos dos tipos distintos, ya que suponen motivaciones dispares y, por tanto, se requieren servicios específicos en cada uno de ellos.
Sin embargo, a la hora de la verdad resulta complejo distinguir ambos tipos, debido a que una buena parte del turismo rural se ha desarrollado en espacios naturales (parques naturales). Tanto es así que algunos de estos puntos se han convertido en símbolos del turismo rural.
A nivel general, el turismo rural ha de cumplir los siguientes requisitos:
El turismo familiar y de tercera edad conforman el público principal del turismo rural, sin olvidar el turismo joven organizado (excursiones, campamentos, etc.).
Las opciones reales más destacadas para disfrutar de este tipo de turismo son:
2.1.6. Turismo termal
Conocido como turismo de salud o balneario, esta clase de turismo es uno de los más longevos que existen, conformando, además, una de las partes del turismo más al alza.
El objetivo se basa en conseguir un bienestar tanto físico como psicológico en el cliente, a través de terapias de carácter natural, como pueden ser, entre otras:
Desarrollado habitualmente en balnearios, este turismo ha ido evolucionando hasta llegar a realizarse en clínicas específicas, las cuales venden ofertas y modalidades del tipo antiestrés, estético o curativo.
2.1.7. Turismo de sol y playa
Aunque históricamente se ha de englobar en el turismo de salud, el de sol y playa se ha convertido en uno de los turismos más demandados. Consiste, lógicamente, en desplazarse hasta una zona costera para pasar épocas calurosas en sus aguas y disfrutar del sol y el buen clima. En algunas zonas del interior puede desarrollarse de forma semejante, ya sea en lagos, ríos, embalses, etc. Por tanto, su relación con el turismo de salud queda nítidamente demostrada.
A nivel nacional, destaca gran parte de las zonas litorales incluidas las islas, aunque podemos nombrar lugares como la Costa del Sol, la Costa Brava, la Costa Blanca o la Costa Dorada.
En lo que se refiere a territorio internacional, podemos destacar las regiones mediterráneas, caribeñas y del Pacífico.
2.1.8. Turismo de nieve
Supone, junto al de sol y playa, una de las muestras más claras de turismo masivo. Se desarrolla en un entorno montañoso donde, previamente, se han puesto en marcha ciertas infraestructuras para aprovechar las zonas de nieve.
Encontramos dos variedades de turismo de nieve:
El turismo de nieve participa en lo que entendemos por turismo deportivo, aunque sus características recomiendan una consideración independiente.
2.1.9. Turismo de cruceros
Se trata de realizar una ruta por diferentes emplazamientos geográficos viajando en un barco. Esta modalidad se remonta al siglo XIX. Este tipo de turismo va desde un pequeño viaje de unas horas hasta la vuelta al mundo en crucero. Debido a la demanda, estos viajes se han diversificado notablemente en los últimos tiempos.
El público más habitual en este tipo de turismo es el individual y el colectivo, personas que desean disfrutar del descanso y el mar. Normalmente, este público suele poseer un nivel económico medio-alto.
Podemos diferenciar entre cruceros fluviales (Rhin, Nilo, Amazonas, etc.) y cruceros marítimos (Mediterráneo, Caribe, Escandinavia, etc.).
2.1.10. Turismo de negocios
Se refiere al turismo que surge de los viajes relacionados con el trabajo y el sector profesional. Dependiendo de la motivación del viaje, podemos distinguir entre:
2.1.11. Otros tipos de turismo
Por último, y dependiendo de la cantidad de gente que elija el lugar de turismo, encontramos el turismo de grupo, de masas y de minorías.
2.2. La estacionalidad
La estacionalidad hace referencia a la concentración de la demanda turística en determinadas épocas del año. Esta demanda no mantiene un comportamiento constante durante el año, ya que suele acumularse alrededor de ciertas fechas, siendo concretamente este hecho el que se conoce por estacionalidad.
Los aspectos causantes de este fenómeno hay que relacionarlos a factores de demanda y de oferta. Algunos de ellos, como los días festivos y la acumulación de vacaciones en el trabajo y ámbitos estudiantiles en verano, condicionan a que gran parte de los desplazamientos se produzcan en la época estival.
A pesar de esto, la estacionalidad se puede relacionar también con lo que pueda ofrecer el lugar de destino, como el clima (especialmente en turismos como el de sol y playa, temporadas del turismo deportivo, etc.). Los establecimientos y sectores relacionados con el turismo, de esta forma, han terminado por adaptarse a esta estacionalidad, diferenciando entre temporada alta, media y baja. La estacionalidad puede conllevar efectos negativos de diferente índole para las zonas turísticas, entre los que encontramos los siguientes:
En casi todos los destinos turísticos de importancia se llevan a cabo técnicas y métodos que contribuyen a la disminución de la estacionalidad, repartiendo de forma más igualitaria los flujos de viajeros a lo largo del año. Existen opciones más variadas en cuanto a las vacaciones en la actualidad, lo que favorece la reducción de la estacionalidad.
Los datos nos arrojan conclusiones interesantes, como que la estacionalidad se ve disminuida en el turismo interno en comparación con el externo, siendo España un caso claro en este sentido.
Otra de las prácticas que ayudan a evitar la estacionalidad es la postura cada vez más extendida del turista de huir de las aglomeraciones, siendo más independiente en este aspecto. Además, existen ciertas edades que también influyen en la estacionalidad, ya que la tercera edad suele disponer de una mayor disponibilidad a lo largo del año.
Como último factor, pero no menos importante, está el precio, aunque no se debe abusar de este campo. Los riesgos recaen en que, si se elevan demasiado los precios en las temporadas altas para evitar la estacionalidad, puede traducirse en una escasa afluencia, mientras que si se bajan demasiado en el resto del año, puede afectar a la imagen del establecimiento o servicio, así como a la rentabilidad de los mismos.
Pautas a seguir de forma general para evitar esta estacionalidad:
El análisis del turismo ha de hacerse conjuntamente al aspecto social, ya que esta es una práctica muy relacionada con la sociedad. El eje principal del turismo va encaminado a satisfacer el placer personal, concepto muy diversificado según el tipo de persona que lo protagonice. Es a partir de 1950 cuando la forma de vida empieza a permitir el crecimiento del turismo, viviendo un importante auge en las actividades relacionadas con los viajes de relax y ocio.
Esta actividad de viajar se convierte en turismo cuando el turista puede costearse un viaje en el aspecto económico y en la disponibilidad (periodo vacacional), erigiéndose el turismo como un acto que nos aleja de la rutina y que se debe a una decisión personal. Así, el turismo se empieza a entender como una actividad de masas, la cual puede ser realizada por casi toda la población.
2.3. Factores generadores del turismo
Hemos de estudiar las distintas motivaciones que llevan al turista a serlo, ya que otros individuos que reúnen los requisitos para ser turistas no se deciden por ello. Por tanto, encontramos varios agentes externos que influyen en la actividad turística.
2.3.1. Factor económico (poder hacerlo)
Es uno de los aspectos más relevantes, ya que supone la posibilidad real de poder llevar a cabo algo, hecho que refuerza las intenciones del turista.
La nueva situación económica de la segunda mitad del siglo XX, así como la reducción de los costes del turismo, hacen esta actividad más generalizada.
Para que el turismo se dé existen diversas causas, pero el factor económico es primordial ya que, aunque se reúnan el resto de requisitos, es la disponibilidad de dinero la que permite que la actividad turística pueda llevarse a cabo o no.
Además, la macroeconomía de los países también tienen mucho que decir en el turismo, debido a que este precisa de ciertas instalaciones, infraestructuras y servicios que únicamente podrán llevarse a cabo con el apoyo económico del país. Tanto es así que los estados desarrollados tienen muy en cuenta al turismo en su economía, ya que son conscientes de la importancia de este sector para la estabilidad financiera.
2.3.2. Factor cultural (querer hacerlo)
En este aspecto, se precisa de la intención e inquietud del turista por conocer otras costumbres, territorios y culturas diferentes a la propia, ya sea en el mismo territorio (interno) o fuera del mismo (externo).
Los países desarrollados estimulan, mediante la educación y el desarrollo de una visión activa y positiva, conocer otras formas de vida, creando una conciencia que será clave a la hora de decidir hacer un viaje.
Realmente, no es tan relevante la causa del viaje como el hecho de verlo como una actividad positiva, sea cual sea el objetivo de esta.
2.3.3. Factor mediático (saber hacerlo)
En la época en la que el turismo se erige como actividad de masas, también encontramos un adelanto que facilitará mucho el tránsito de viajeros. La explosión de las telecomunicaciones hicieron que, además de informar de lugares y de la moda del turismo, pusiera a disposición del consumidor la información sobre la manera idónea para preparar y efectuar un viaje.
Antes de la era de la información, los datos que se conocían acerca de otros territorios llegaban en gran parte de la mano de la literatura, y lo que ahora vemos normal y nos ayuda a elegir destino (imágenes e información en televisión, radio, cine, prensa, revistas o internet) antes era una odisea prácticamente imposible de conseguir.
Al margen del papel publicista, la tramitación de vuelo, reserva de alojamiento y demás detalles del viaje hacen que el mismo sea más atractivo por su facilidad para el turista, a la vez que hace disminuir la desconfianza o el miedo.
2.4. Importancia socio-económica del turismo
La actividad turística ha supuesto una gran fuente de ingresos en los últimos años para la sociedad, destacándose como una pieza clave en el sector servicios.
La relación entre economía y sociedad está muy presente en el turismo.
2.4.1. Turismo e infraestructura
El turismo precisa de ciertas inversiones en infraestructuras, lo que redunda en la población del lugar en cuestión, ya que instalaciones como aeropuertos, carreteras o establecimientos de ocio o restauración serán disfrutadas tanto por visitantes como por ciudadanos de la localidad, región o país.
Si hablamos de un turismo cultural o relacionado con la naturaleza, podemos encontrar una conciencia y defensa en el lugar en cuestión de las tradiciones, rasgos culturales o la naturaleza. Para la sociedad se erigen como importantes elementos culturales y económicos (por lo que suponen el turismo para estas localidades) los monumentos históricos, museos o construcciones peculiares, por lo que los ciudadanos se encargarán de su cuidado y protección.
2.4.2. Turismo y empleo
Es obvio el peso que tiene el turismo en el aspecto laboral de la zona. El turismo da lugar a una gran cantidad de puestos de empleo, ya sea de forma directa o indirecta, sobre todo tras el aumento de las empresas del sector en los últimos tiempos.
Solo en Andalucía, la producción vinculada de forma directa al turismo supone más del 10 % de la economía, lo que se traduce en una creación de casi 200.000 puestos de trabajo. Sin embargo, uno de los problemas que tiene el empleo en el turismo es la estacionalidad de esos puestos de trabajo aunque, como vimos anteriormente, es un aspecto que se va reduciendo en la actualidad.
2.4.3. Turismo y producción
Al margen del beneficio directo que supone el turismo para la economía, hay que detenerse en los mercados que, aunque sea de un modo indirecto, repercuten en la situación financiera del lugar y, por ende, del sector relacionado con el turismo.
Empresas del sector hotelero y de restauración, empresas relacionadas con la edición de publicaciones que traten el tema, empresas de servicios relacionados con alguna actividad o los comercios que se ocupan de los productos autóctonos y típicos del territorio. A un nivel inferior, pero también presentes, encontramos sectores como la cultura o la formación, debido a que el turismo une varias formas de entender la vida, compartiendo culturas mediante las promociones del destino y eliminando posibles tópicos generalizados que la literatura haya podido establecer en tiempos anteriores sobre ese lugar.
En resumen, se podría decir que el turismo ha de suponer una vía para que toda la población mundial pueda comunicarse, entenderse e intercambiar aspectos tan diversos como necesarios.