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Curso: Curso Musicoterapia
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Curso Musicoterapia

Bloque 1. Acercamiento a la musicoterapia

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Bloque 2. La musicoterapia como disciplina

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Bloque 3. Aplicaciones clínicas y terapéuticas

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Tema 1. La musicoterapia. Definición e historia

PUNTO 1. INTRODUCCIÓN

El ser humano es un ser social por naturaleza. Además de cubrir sus necesidades básicas, necesita comunicarse y vivir en grupo de manera continuada, emitir y recibir información, emociones y sentimientos para completar su desarrollo de manera exitosa.

Nacemos completamente desprotegidos, dependiendo de nuestros padres absolutamente, que nos ayudan a sobrevivir y a crecer. Cuando crecemos, nos agrupamos en familias, comunidades, grupos de cualquier tipo y formamos parte de una cultura.

Una cultura es un conjunto de elementos representativos de una sociedad determinada. Abarca tanto las costumbres, prácticas y rituales como las normas de comportamiento, el lenguaje y la manera de ser del individuo. El hombre se siente cerca de su cultura y cerca de los que la comparten, aprende de ellos y aporta su grano de arena mostrando ideas y pensamientos que contribuyen a reforzar el tejido de la cultura y, por lo tanto, el de la sociedad. Se comunica con sus iguales mediante acciones, gestos y palabras. Pero, además de la palabra, cuenta con otros elementos útiles para su expresión; la música es uno de ellos.

Desde el seno materno, el niño reacciona al ruido y a la música con movimientos que siente su madre. Cuando nace, la música se convierte en un engranaje elemental de la relación entre la madre y el bebé, como paso previo al lenguaje hablado, que aprenderá posteriormente. El cuerpo reacciona a la música, identifica los sonidos y vibraciones como parte de su identidad personal y cultural. Crea su propia manera de comunicarse y aprende a utilizarla.

1.1. El folclore

El folclore es al pueblo lo que la comunicación a los humanos: su máxima forma de expresión. Reúne todos aquellos elementos que hacen referencia a la identidad de un grupo social: sus tradiciones, sus manifestaciones artísticas, su música, sus historias, sus festividades y todos los eventos. Está relacionado tanto con elementos religiosos y mitológicos como con tradiciones de la vida cotidiana. En España, debido a las costumbres tan dispares de las culturas que han convivido en la península, el folclore presenta una gran diversidad en refranes, dichos, poemas, canciones populares y música. No hay un solo folclore musical español ni una única música tradicional, va desde la jota hasta el flamenco, la música española más conocida en el extranjero.

La música se utiliza para expresar ideas no exteriorizadas en el lenguaje cotidiano, para festejar, para reforzar ciertos sistemas religiosos, crear cooperación y demás, pero también tiene un uso práctico más allá de la expresión: el tratamiento psicoterapéutico.

PUNTO 2. QUÉ ES LA MUSICOTERAPIA

La musicoterapia es el uso de la música de manera terapéutica. Según la Federación Mundial de Musicoterapia es “la utilización de la música y/o sus elementos (sonido, ritmo, melodía y armonía) por un musicoterapeuta cualificado, con un paciente o grupo, en un proceso destinado a facilitar y promover comunicación, aprendizaje, movilización, expresión, organización u otros objetivos terapéuticos relevantes, a fin de asistir a las necesidades físicas, psíquicas, sociales y cognitivas”. La National Asociation for Music Therapy de EE. UU. la define como “el uso de la música en la consecución de objetivos terapéuticos: la restauración, el mantenimiento y el acrecentamiento de la salud tanto física como mental”. El término tiene una gran variedad de definiciones. Etimológicamente significa “terapia a través de la música” ya que “terapia” viene del griego y significa “tratamiento”.

La musicoterapia busca mejorar la calidad de vida de los individuos mediante prevención, tratamiento y rehabilitación de una amplia gama de patologías. Utiliza la música, el sonido, el baile, los instrumentos musicales y la dramatización para crear un vínculo entre el paciente y su psicoterapeuta, llamado en este tipo de terapias musicoterapeuta.

También está enfocada a la prevención y a la comunicación no verbal entre musicoterapeuta y paciente y entre los propios pacientes. Como la música y sus derivados son un lenguaje universal, es accesible para una amplia gama de perfiles de pacientes. La mayoría de personas conoce la música, la tienen integrada en su vida diaria, son receptores y, en algunos casos, también emisores. Comunica de modo más sutil que las palabras y estimula la creatividad de la persona. Para Serafina Poch, musicoterapeuta y profesora del máster de Musicoterapia de la Universidad de Barcelona, esta disciplina en España debe participar en los siguientes campos:

  • Como ayuda para establecer el diagnóstico médico a través de la expresión musical libre.
  • Como trabajo con los niños neuróticos, psicóticos y autistas o en los casos de menores con problemas orgánicos.

La musicoterapia engloba diferentes tipos de terapia, tales como la danzaterapia, la arteterapia, el psicodrama y la propia musicoterapia, además de que dispone de una gran variedad de técnicas aplicables según la persona con la que se esté realizando el tratamiento.

No es una terapia alternativa ya que está integrada en el grupo de terapias creativas y aunque puede denominarse también “terapia adjunta” este calificativo es rechazado por muchos expertos que encuentran en “adjuntas” el significado de “subordinado” cuando se trata de una terapia en sí misma. Es una ciencia y depende directamente de la investigación científica, ya que cualquier actividad musical sin aplicación terapéutica por un especialista no tiene relevancia en sí en el campo de la musicoterapia.

Aunque la investigación científica en áreas como la psicología y la musicoterapia es muy complicada y costosa y, dado que la ciencia se mueve en muchos casos por intereses económicos, este tipo de investigaciones no está en alza en la actualidad. La inversión por parte de los estados y los organismos privados se centra fundamentalmente en la investigación farmacológica.

A pesar de ello, hay un gran número de estudios que demuestran la efectividad de la musicoterapia. La música provoca cambios en el comportamiento de las personas y respuestas al nivel en el que se realiza la intervención psicoterapeuta. Lo que realmente ayuda no es en sí la música ni su calidad, si no la emoción que desencadena.

La musicoterapia es una técnica que se expande cada día y está considerada en EE.UU. y algunos países europeos como una profesión con mucho futuro debido a las carencias emocionales de nuestra sociedad, de los niños y adolescentes, que necesitarán que algo como la música desarrolle y cultive su espíritu, mente y cuerpo.

PUNTO 3. DIFERENCIAS ENTRE LA EDUCACIÓN MUSICAL Y LA MUSICOTERAPIA

3.1. La educación musical

La educación musical engloba tanto el sistema educativo musical existente como los programas educativos, las instituciones, los maestros, los métodos de enseñanza de la música y otros elementos. En la actualidad hay ámbitos de enseñanza muy distintos a los que se pueden acceder a diferentes edades. Los fundamentales son:

  • Estudio de la música en la educación obligatoria.
  • Estudio de la música en instituciones de educación no formal (escuelas de música).
  • Estudio de música en instituciones especializadas (conservatorios).

Una de las principales diferencias entre estos dos campos que trabajan con la música es que la educación musical es siempre impartida por un profesor o músico experimentado y no por un psicoterapeuta. Los profesores de música deben haber recibido una formación acorde a las funciones que deben desempeñar. Desde 1990 se exige una titulación superior para poder impartir enseñanza de música tanto en instituciones especializadas como en educación obligatoria, derogando la antigua separación de profesores de conservatorios y profesores auxiliares de colegio e instituto, por lo que los requisitos para acceder a alguno de estos puestos son los mismos. En la educación musical existe una especialización en pedagogía que, a su vez, se subdivide en dos opciones:

  • Pedagogía del lenguaje y la educación musical.
  • Pedagogía de los instrumentos y del canto.

Estas dos opciones tienen unos objetivos diferenciados que buscan una innovación pedagógica, mediante proyectos de investigación que determinen la coherencia y el cumplimiento de objetivos del sistema educativo. El nivel inicial de educación musical engloba un conjunto de actividades que permiten al niño modular su voz, afinar su oído, desarrollar su sentido rítmico y expresarse corporalmente. Todas estas actividades se distribuyen en clases lúdicas, interesantes y diversificadas de acuerdo a la edad y características de los niños.

La meta de la enseñanza musical es que el discente aprecie la música, la disfrute, intente comprender las ideas del compositor y analice las dificultades que este ha superado para finalizar su trabajo. Busca también alimentar la creatividad y la creación de material musical por parte del alumno. También intenta fomentar la adquisición de un juicio crítico y de una opinión propia respecto a las obras musicales.

Además de las clases musicales impartidas en los colegios y escuelas de música, existe una institución que enseña música de manera especializada: los conservatorios. Aunque la mayoría se centra en la música, también en algunos se imparte danza, teatro y declamación. Los diez primeros cursos están centrados en la especialización del alumno en un solo instrumento, individual y colectiva, con diferentes asignaturas de conjunto instrumental, vocal, formando parte de una orquesta y otras actividades, en los cursos superiores, el alumno pueda especializarse en materias como la composición, dirección, pedagogía o continuar con el instrumento entre otras opciones.

En España, el Ministerio de Educación y Ciencia organiza las enseñanzas de música de la siguiente forma: enseñanza elemental, enseñanza profesional (antiguo Grado Medio) y enseñanza superior. Las asignaturas se organizan según el instrumento en el que el discente decide especializarse. De ello se desprende que:

  • A la Enseñanza Elemental (antiguo grado elemental) puede acceder cualquier persona a partir de los ocho años. Dura cuatro años y en algunos centros, por razones de masificación, se realiza una prueba de aptitud.
  • La Enseñanza Profesional (antiguo grado medio) se estructura en seis cursos. Se accede mediante una prueba de acceso.
  • La Enseñanza Superior dura cuatro años y equivale al título de Licenciado Universitario. Para acceder al Grado Superior, tanto los alumnos que hayan cursado la enseñanza profesional como los que no, deberán realizar una prueba de acceso.

Aunque la educación musical es imprescindible para el desarrollo eficiente de la mente del niño y del adulto no por ello es musicoterapia.

3.2. Diferencias entre la educación musical y la musicoterapia

El profesor de música no es un musicoterapeuta ni la musicoterapia una forma de enseñanza musical. El primero busca enseñar mientras que el segundo relaciona la música con la salud. En la educación musical, la música se usa como un fin en sí mismo, ya que su objetivo es enseñar a dominar un instrumento u otros aspectos de la música; la musicoterapia, en cambio, es un medio para producir cambios en un sujeto. Los contenidos de la educación están divididos en temas y se realiza una evaluación que queda en el currículo, mientras que los contenidos de la musicoterapia son dinámicos, se crean a lo largo del proceso, tiene en cuenta la evaluación inicial y evalúa según los objetivos dinámicos fijados tras la valoración previa.

Además, en la educación es el profesor el que organiza y determina el contenido que se imparte y a partir del que los alumnos se desarrollan, mientras que en la terapia el contenido está en el mismo paciente. A pesar de esto, las dos áreas tienen algunas similitudes:

  • El elemento de trabajo fundamental de ambas es la música.
  • La música es también el lenguaje y medio de comunicación que usan.
  • Las dos tienen objetivos que buscan cumplir.
  • Ambas proponen ejecuciones musicales que se desempeñan en un proceso sistemático (intencionalidad, organización y regularidad).
  • Ambas crean una relación interpersonal entre el educador o musicoterapeuta y el alumno/cliente.

A pesar de estas similitudes no deben confundirse, puesto que los objetivos que persiguen y la manera de llevarlos a cabo en ambas disciplinas son diferentes y no pueden dar jamás los mismos resultados.

PUNTO 4. HISTORIA DE LA MUSICOTERAPIA

El enfoque de las ciencias humanas estructuralista -uno de los métodos más utilizados de análisis de lenguaje, cultura y sociedad en el siglo XX determina que existe un orden preestablecido de las cosas, a nivel controlable y otro a nivel más profundo, como la comunicación. En ella estaría la base de toda la sociedad y, por lo tanto, también en la música, ya que es una forma más de comunicarse. Aunque su denominación sea reciente, la musicoterapia aparece casi al mismo tiempo que la música, en la prehistoria.

4.1. Primera etapa

Varias hipótesis señalan que la música surgió a partir de gritos rítmicos que servían de vía de escape. El ser humano primitivo no diferencia su entorno, no lo analiza e intenta comprenderlo; simplemente vive y está en el mundo. Aunque la enfermedad ha acompañado al hombre desde su existencia, se ha interpretado de diferente manera según la época. Al principio, las manifestaciones de la enfermedad se interpretaban como una posesión de un espíritu maligno y, más tarde, como un castigo divino. Lo más parecido a la psicoterapia que existía en la antigüedad era un diálogo entre el enfermo y el paciente, sin ningún tipo de consideración psicológica, ya que la enfermedad mental tardó varios siglos en considerarse como tal.

Las primeras manifestaciones musicales son sonidos inhumanos, monótonos, cantos hipnóticos relacionados con rituales en los que se consumían bebidas alucinógenas y se vivían experiencias corporales. Esto es debido a que los fenómenos de la naturaleza, solo pueden ser explicados como obra de seres invisibles de los que el ser humano depende.

Más tarde las manifestaciones musicales se enriquecen y se asocian a los ritos de los momentos más importantes de la vida humana: nacimiento, matrimonio, recogida de cosechas, funerarios, rituales de caza, etc. Existen pinturas rupestres testimonio de estos acontecimientos que, para los ejecutores, tenían un carácter mágico. La música está muy integrada en la vida humana y es más valorada que otras, como la pintura o la arquitectura. En la sanación primitiva, la música también era un componente fundamental.

Los médicos utilizaban la gesticulación, el canto y diversos recursos vocales para mitigar efectos malignos y atraer lo deseado (por ejemplo, las danzas celtas de la fecundidad y la lluvia). Empiezan a aparecer los instrumentos musicales primitivos. Las primeras arpas surgen como evolución de los arcos de caza y en los bajorrelieves de los asirios encontramos representaciones de orquestas.

Para los egipcios, la música era una manifestación física de la armonía que envuelve al cosmos, la unión de la tierra y el cielo. Creaban composiciones poéticas y canciones para el trabajo y otras actividades de la vida diaria. La música era una representación espiritual, así que más que innovar y ser originales en las composiciones buscaban perfeccionar y mantener las que la existían. Relacionaban la música con la alegría y su denominación, Ihy sirve para ambas cosas.

De ellos obtenemos los primeros escritos que relacionan la música con la curación, la purificación del alma y la limpieza de la mente, nociones que enseñaban en las escuelas. Relacionaban la música con la fertilidad de la mujer y pensaban que el dios Thot creó el mundo con su voz. La música se caracterizaba por tener tres tonos que actuaban sobre las emociones y solían utilizarla para inducirse trances para intentar descubrir qué ocurría tras la muerte y obtener sabiduría oculta.

También la usaban para la curación de enfermedades físicas. Por ejemplo, el médico alejandrino Herófilo regulaba la pulsación arterial en consonancia con escalas musicales. Los egipcios tenían la creencia de que la enfermedad era enviada por un dios enfadado al que habían de aplacar para recuperar la salud, mediante promesas, súplicas e incluso transacciones; aunque no descartaban totalmente un enfoque racional de la enfermedad física. Distinto era el caso de la enfermedad mental, que se identificaba con la posesión, achacando a determinadas deidades, como las Furias, la misión de llevar al ser humano a la locura.

En China existen referencias a la musicoterapia al igual que en el pueblo hebreo, en el que se asocia con problemas físicos y mentales, lo cual no es sorprendente ya que los antiguos hebreos daban mucha importancia a la música en el culto y creían que la música era útil para obtener favores divinos y ahuyentar a los espíritus malignos que se encontraban dentro del cuerpo. También en la Biblia se hace referencia al uso curativo de la música, con David y el rey Saúl.

Los griegos fueron los responsables de los fundamentos científicos de la musicoterapia. Para los pitagóricos, la música es la materialización del número. El número es la esencia de todo lo que existe, del universo y del cosmos y del alma humana. Este número que constituye el alma del mundo se manifiesta también en la música, que tiene un efecto de evasión, sedante.

Es la escuela de Pitágoras la primera que introduce la música en la educación y hace tomar conciencia de que la música influye de modos diversos. Experimentan con el tono de los instrumentos, las melodías y los momentos de la ejecución. Para ellos la música es un conjunto de tonos ordenados horizontalmente.

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Otro filósofo importante como Platón defendía que la educación era fundamental para la construcción de la “kaliópolis” (ciudad feliz). Su educación se basaba en la gimnasia, aritmética, geometría plana y de volúmenes, astronomía y armonía musical. Aristóteles introdujo la katharsis, la purificación del alma a través de la visualización y la escucha de representaciones dramáticas y musicales. Esto supone el inicio de la musicoterapia, ya que no se utiliza de manera mágica ni religiosa sino médica.

En Grecia podemos encontrar el origen de la psicoterapia actual basada en su tradición filosófica y médica. En las escuelas filosóficas se cultivaba la forma de vida, estableciendo mediante la virtud la racionalidad. La escuela inculcaba el control de las pasiones y los excesos mediante meditación y concentración (antecedente de las terapias cognitivas). Galeno, en el siglo II, desarrolló la medicina hipocrática. Dividió las enfermedades en orgánicas y mentales, determinando una serie de causas para cada una. Las lesiones en la cabeza, los excesos con el alcohol, los cambios y las adversidades eran la causa de las enfermedades mentales. A los afectados por estas enfermedades se les asignaba un pedagogo que controlaba y dirigía la vida del enfermo.

En esta época se desarrolló la teoría de los cuatro humores (sangre, flema, bilis amarilla y negra), que definía la salud física y mental como equilibrio de estos cuatro elementos y la enfermedad como desequilibrio. La música explicaba su acción terapéutica por su capacidad de reequilibrar los humores, ya que la concepción del mundo antiguo de la música era de armonía y orden total. Además, la enfermedad y la violación de la ley estaban relacionadas en el mundo antiguo, por lo que se realizaban rituales familiares de curación. El concepto griego de musicoterapia solo incluía la audición, no la ejecución. Se desarrolló una interpretación racional de la enfermedad en la que junto a costumbres mágicas o religiosas se encuentran pensamientos racionales y científicos.

La cura racional sólo era posible tras la observación, el diagnóstico y la búsqueda del remedio aplicable. Algunas descripciones de enfermedades físicas y mentales son muy precisas clínicamente. La concepción psicosomática de la enfermedad hace comprender por qué la música desempeña un papel tan importante en la medicina. Se usó la música para prevenir y curar de modo dosificado ya que los efectos sobre el estado físico y mental podían predecirse, lo que es otra manera de definir la musicoterapia. Le llegaron a dar tanta importancia que determinaron que su uso debía estar controlado por el Estado.

Los griegos relacionan la música con el culto a los dioses y atribuyen diferentes efectos a diferentes instrumentos. Por ejemplo, el sonido del aulos, que provocaba éxtasis, se usaba exclusivamente para el culto a Dioniso, dios de la vendimia y del vino, inspirador de la locura ritual y el éxtasis. La música de la lira o cítara, en cambio, servía para serenar. Utilizaban la música para comunicarse con sus dioses, como por ejemplo en los textos Homéricos. Los cantos patrios antiguos representaban serenidad, dignidad y masculinidad.

La creación de los nomoi -melodías que se utilizan de forma rigurosa en las ocasiones a las que se destinan- se atribuye a Terpandro en el siglo VI así que cuando Pitágoras lo introdujo en su escuela ya existía esa concepción de la música como elemento influyente en la espiritualidad. Para esta cultura, el ejercicio de la música era fundamental debido a su origen divino. Por un lado, sirve para divertirse y por otro influye sobre el ethos y el alma.

4.1.1. Teoría del Ethos

Creada por los pitagóricos. Su formación teórica está basada en la educación egipcia. La idea sobre la que se basa la teoría del Ethos es que la música puede cambiar el estado anímico de las personas y, además, influye en sus movimientos físicos, provocando uno u otro según el tipo de música. Ethos significa “carácter, conducta”. Estudia los efectos que producen las diferentes melodías en los receptores, dividiéndose en tres tonalidades:

  • Ethos diastáltico. Música viril, heroico.
  • Ethos sistáltico. Opuesta a la diastáltico. Sentimientos tristes y amorosos.
  • Ethos hesicástico. Término medio entre las dos anteriores.

Además, las escalas según Platón y Arístoteles se dividen en:

  • Dórico: equilibrio, armonía, respeto por la ley.
  • Frigio: reposo y dignidad.
  • Lidio: ahuyenta las preocupaciones.
  • Hipodórico: vigor, nobleza.
  • Hipofrigio: acción. Incita al movimiento.
  • Mixolidio: tragedia.

La teoría del Ethos es la base científica de la musicoterapia científica actual ya que, a pesar de la evolución, las principales ideas de los griegos antiguos son aplicables a la musicoterapia actual. Los romanos, aunque heredaron muchas cosas de la cultura griega, tenían actividades propias que han llegado hasta nuestros días. Eran asiduos a los espectáculos de cualquier tipo, tanto de lucha como musicales o de teatro. Organizaban la vida social en torno a los anfiteatros y escuchaban música de orquesta en directo en las comidas.

El templo lo utilizaban para tratar enfermedades físicas y psíquicas en vez de para orar. Autores como Asclepíades usaban música para curar el insomnio y las sediciones; Xenócrates utilizaba el órgano para curar la enfermedad mental y Cicerón denominó la filosofía como la medicina del alma y a la música como herramienta para tratarla debido a su influencia sobre las emociones. Los instrumentos eran similares a los helenos y el hombre común no concebía la creación de melodías como un arte, sino como algo que utilizar sin ningún tipo de refinamiento. Curaban algunas enfermedades como el insomnio y las enfermedades mentales con la ‘música amorosa’. Ovidio, Virgilio y Catón, grandes historiadores latinos, recomiendan el uso de las liras y el canto para tratar la depresión y la tristeza.

Estos mismos refieren que los orígenes de la música podrían venir de los animales, especialmente de los pájaros cantores y que el ser humano habría aprendido a reproducirla imitando ese sonido. No concebían que existiese un ser humano que no se conmoviese con el canto.

4.2. Segunda etapa

Con la aparición de la religión cristiana, el uso del canto para comunicarse con Dios quedó continuado por varios siglos. Todos conocemos por ejemplo el famoso canto gregoriano que se usa para la introducción a la meditación, la paz y el sosiego. El canto gregoriano es el canto oficial de la Iglesia Católica, una música vocal sin acompañamiento instrumental, monódico y en latín. Los cantos han ido evolucionando a lo largo de los siglos con la religión y se mantienen en la actualidad.

La Edad Media es un período muy largo que se divide en la Alta y la Baja. La primera dura desde el siglo V al X y es una época de pobreza, guerras y enfermedades, en la que la sociedad sufre epidemias como la de la peste negra que deja millones de muertos en Europa.

 

HUMOR

ESTACIÓN

ELEMENTO

ÓRGANO

ADJETIVO

Sangre

Primavera

Aire

Corazón

Sanguneo

Bilis

amarilla

Verano

Fuego

Hígado, vesícula biliar

Colérico

Bilis negra

Otoño

Tierra

Bazo

Melancólico

Flema

Invierno

Agua

Cerebro,

pulmón

Flemático

 

La Baja Edad Media dura desde el siglo XI al XV. Destaca por su gran prosperidad económica, política y cultural. Es la época del feudalismo, y en la que se desarrollan importantes estilos artísticos, como, el Románico (S. XI) y el Gótico (S. XIII) con los que llegaremos a la gran revolución musical de la época: El nacimiento de la polifonía.

La Baja Edad Media readaptó las culturas anteriores a la complejidad de la época. Un gran número de autores dan referencia de la existencia de la musicoterapia, como Quintiliano, Séneca, San Isidoro de Sevilla, Alfonso X “El Sabio” y el Arcipreste de Hita entre otros. En las Etimologías de San Isidoro de Sevilla aparece el concepto de la modulación, heredado del mundo clásico. Habla de la influencia de la música sobre los estados violentos, trayendo a colación curaciones que realizó Pitágoras a un borracho, Empédocles a un loco,y de como los pitagóricos se dormían escuchando una melodía dulce.

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La teoría de los cuatro humores sigue aplicándose y se curaban con musicoterapia cosas como el Mal de San Vito (la gente bailaba freneticamente contagiando a los demás) y el Tarantismo (picadura de tarántula). Se considera la enfermedad como resultado del pecado y la falta de moral, los síntomas corporales eran consecuencia directa de la impureza y el pecado.

Los sacerdotes comprendieron pronto cómo la música influía en el hombre, en el buen y en el mal sentido, independientemente del nivel cultural; se constituyeron lugares religiosos donde la gente acudía en busca de curación y alivio de las enfermedades. Se usaban métodos espirituales y místicos como la música, convirtiéndose en un elemento base de la liturgia y los rituales.

La Iglesia otorgó a la enfermedad mental un tinte sobrenatural al relacionarla con la actuación del diablo. El pecado constituía la raíz de los males y la confesión era el modo de curarse de ellos. La Inquisición, durante el siglo XV, persiguió a los herejes y brujas para su tratamiento que solía acabar en tortura y quema, siendo muchos de ellos enfermos mentales no diagnosticados.

Contra la corriente inquisitorial dominante, algunos autores como Ignacio de Loyola con sus ‘Ejercicios Espirituales ’ mostraban una manera de ahuyentar la enfermedad sin recurrir a la violencia: siguiendo una guía de vida diaria virtuosa. También el padre Gilberto Jofré creó en este mismo siglo el primer hospital psiquiátrico de occidente, situado en Valencia, donde se aplicaba una terapia similar a la actual terapia ocupacional.

Se llamaba a los músicos para actuar en los hospitales y aliviar a los enfermos. En el Renacimiento, la música, al igual que las demás artes, experimentó una época de florecimiento y creatividad, a pesar de que seguían vigentes las viejas creencias sobre la salud, la enfermedad y el pecado. Pero los nuevos descubrimientos de anatomía hicieron ver a los médicos que tales ideas eran contrarias a la razón. Este progreso repercutió en todos los aspectos de la medicina, incluyendo en la musicoterapia.

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La música era muy importante para la expresión individual y la comunicación entre compositores e intérpretes. Civilizaba a la población, reuniendo gente de todas las jerarquías sociales. Arnau de Vilanova fue de los primeros autores españoles en escribir sobre la musicoterapia. Explicó que no servía para curar todas las enfermedades, sino para modificar el estado de ánimo y, por ende, el estado físico ya que depende directamente del estado mental. Sembró las bases de la medicina psicosomática argumentando que, para que los remedios físicos, farmacológicos y psicológicos sean eficaces es necesario tener un ánimo positivo.

Aparece el afán por educar y establecer criterios científicos sobre las teorías musicales a través de la filosofía musical de los antiguos. La polifonía, recién aparecida, marca las teorías modernas. Pedro Cerone con ‘El Melopeo’ anuncia ideas científicas y terapéuticas acerca de la música, tales como la necesidad de los hombres de la música y la interrelación de sus actividades y el arte.

Oliva de Sabuco (s. XVI) consideraba que la música actuaba sobre la psique humana influyendo sobre su parte psicológica; muestra la importancia de que el músico terapeuta no se limite únicamente al empleo de la música, sino que ésta precisa psicoterapia de apoyo y un conocimiento profundo de la historia del enfermo. Añade otra idea, muy importante también: el efecto contraproducente de los sonidos excesivos y desagradables, que provocan enfermedades mentales y desequilibrios que se traducen en dolencias físicas, accidentes, y otros problemas.

Los intelectuales que aparecieron en este siglo se opusieron a la visión demonológica vigente en la Baja Edad Media. Autores como Paracelso insisten en el siglo XVI en que la enfermedad mental tiene una naturaleza no divina, sugiriendo que la influencia de los astros es la responsable del trastorno mental (origen del término lunático). Poco a poco se humaniza la asistencia de los enfermos ya que se considera que los problemas mentales derivan de conflictos morales y se establece un diálogo entre los pacientes y el personal de los hospitales.

Se considera que la música ocupó un papel muy importante en la conquista y posterior evangelización del Nuevo Mundo, suavizando el choque entre culturas. El padre Feijóo en su obra ‘Cartas Eruditas’ cuenta la historia de un músico enfermo de fiebre y delirios que recuperó la salud escuchando música. Señala la excelencia de la música como un camino hacia la virtud.

El Barroco fue la época más creativa en la música de este periodo. Los médicos empiezan a ver su valor terapéutico. Del Barroco aún se conserva una gran cantidad de estudios y tratados que relacionan las vibraciones musicales con la materia de la atrabilis (secreción del hígado que activa la digestión). En el siglo XVIII, ya se considera que los rasgos del carácter y el comportamiento derivan de áreas específicas del cerebro. Surge la psicoterapia como la conocemos.

Un médico vienés llamado Mesmer explica la enfermedad como derivación de una causa natural sin relación alguna con el diablo, apoyado por la ciencia de su tiempo, aunque seguía considerando el comportamiento lunático un desequilibrio que podía equilibrarse mediante imanes. Consiguió tratar ciertos tipos de histeria.

Comienzan a realizarse investigaciones sobre la relación entre ritmos corporales y la música, el pulso y el tiempo musical. En el libro ‘Medicina música ’ de Richard Browne, se describe la influencia del canto sobre el movimiento del corazón, la circulación, y la respiración (ya que la presión de los pulmones aumenta cuando se canta). Lo recomienda como tratamiento para el asma y lo señala como contraindicado en trastornos inflamatorios como la neumonía.

En España, la primera obra de Musicoterapia la escribe un monje llamado Antonio José Rodríguez y se titula ‘Palestra crítico-médica ’, en su libro da más importancia a la medicina psicosomática que a la tradicional, considerando la música como un método muy eficaz para cambiar el estado de ánimo de los pacientes. También le atribuye efectos anestésicos y la capacidad de influir en alguna de las funciones físicas. Es importante en la historia de las ideas estéticas el movimiento preromántico alemán, que se inicia durante el último tercio del siglo XVIII. El filósofo más influyente fue Kant con los principios sobre la belleza y el genio, que considera al sonido una sensación agradable, como parte de un arte bello. En contraposición, Rousseau músico, filósofo y un antropólogo, admite que los hombres tienen la facultad de escuchar y deleitarse con los más bellos cantos y considera a la música como el lenguaje más directo al corazón.

4.3. Tercera etapa

En el Romanticismo (s. XIX) los médicos continúan las investigaciones neurológicas del siglo anterior y surge el interés por un nuevo método de tratamiento: la hipnosis, en la que adormecían gradualmente al paciente y le hablaban de la desaparición de los síntomas, relacionando estos con la sugestión. Posteriormente se renunció a la hipnosis sugestionando directamente al enfermo; esta práctica se llamó psicoterapia. Para la hipnosis la música era un elemento clave que ha acabado perdurando en la terapia más que la misma hipnosis.

Aparecen nuevos estudios que muestran cómo afecta la música al ser humano ya que aumenta el número de tratamientos médicos a enfermedades mentales y físicas. Es el apogeo de la medicina y los médicos buscan métodos de tratamiento auxiliares. Se empieza a comprender que es necesario conocer la música para saber dosificar su empleo en la terapia y algunos expertos incluso la consideran una verdadera ciencia. Para los teóricos de este siglo, la música actúa dualmente: sobre alma y cuerpo. El tipo de música utilizada varía dependiendo de la enfermedad a tratar, la música de sonidos fuertes y los ruidos se descartan en casi todas las corrientes teóricas debido a la creencia de que provocan efectos nocivos en el paciente.

Una enfermedad muy estudiada en esta etapa es el Tarantismo, originaria en la Edad Media. Es una enfermedad histérica convulsiva que, según la tradición, está provocada por el mordisco de una araña llamada taranta. Provoca malestar general y síntomas parecidos a los de la epilepsia, además de ofuscamiento y turbación emocional.

La obra más destacada sobre este tema es la de Francisco Xavier Cid, quien recopila 35 historias de cuadros clínicos semejantes. Para su tratamiento, según sus escritos, se utilizaba una combinación de sangrías y remedios naturales además de música tocada con guitarra.

La reacción a este tratamiento provocaba en el enfermo efectos secundarios como movimientos acompasados a la música, vómitos y otros. El psicoterapeuta Marius Schneider encontró similitudes entre la tarantela y ciertas danzas de culturas primitivas. Se aplica la musicoterapia en manicomios como el de Sant Boi de Llobregat (Barcelona) en el que se creó una orquesta compuesta completamente por enfermos mentales. El director del manicomio, Rafael Rodríguez Méndez, incluso consiguió curar a un paciente de su mutismo haciéndole cantar en el coro. La primera tesis que compagina música y medicina viene de la mano de Francisco Vidal y Careta, catedrático de la Universidad de Madrid. Se titula ‘La música en sus relaciones con la medicina’ y se publica en 1882. Sus conclusiones son las siguientes:

  • La música produce descanso y distrae.
  • La música es un elemento social y moralizador.
  • Puede aplicarse en la neurosis obteniendo efectos positivos.
  • Combate los estados de excitación o nerviosismo.

Sigmund Freud, a principios del siglo XX, aportó un gran número de contribuciones al campo de la psicoterapia. Desarrolló la asociación libre mediante el diálogo con el paciente, que debía hablar desinhibidamente a partir de algún tema de su biografía: la base del psicoanálisis. Al mismo tiempo, Emilie Jacques Dalcroze dijo que el organismo humano es susceptible de ser educado eficazmente mediante el impulso de la música.

                                                                                                                             d

La utilización científica de la música como terapia ya está extendida en el siglo XX. Los primeros cursos de rítmica para niños con deficiencias mentales se dieron en Ginebra en 1917, impartidos por A. Porta. A estos le siguieron los de Llongueras, en Barcelona en 1918 para ciegos, y los de Sheiblauer en Zurich para niños sordos unos años después. La invención del fonógrafo por parte de Edison facilita la aplicación de música en los hospitales como ayuda para inducir el sueño y relajación preoperatoria.

En Estados Unidos antes de la I Guerra Mundial ya se dan casos aislados de empleo de la música en preoperatorio, eliminando tensiones del paciente antes de entrar al quirófano mediante la escucha. También en este país se dio gran importancia a la música jazz que, con sus ritmos característicos tenía efectos acusados en los pacientes. Después de la Gran Guerra se utilizó para tratar a los veteranos de la ‘neurosis de guerra’ hoy denominada trastorno por estrés postraumático.

En 1926, la enfermera Isa Maud Ilsen funda la National Association for Music in Hospitals, buscando introducir la musicoterapia en los hospitales con ayuda de las autoridades. Ella utilizaba la música como instrumento para tratar la enfermedad física y mental y la tuberculosis.

Después de la II Guerra Mundial dejó de utilizarse como terapia general y se inclinó hacia otros usos más específicos. Los músicos aficionados y profesionales visitaban hospitales de veteranos de todo el país para interpretar sus canciones ante soldados que presentaban trastorno por estrés postraumático. Los pacientes exhibieron respuestas físicas y emocionales a la música tan positivas que los médicos y enfermeras instaron a los hospitales a contratar sus propios músicos. Los psiquiatras convencionales ponían en duda la labor del musicoterapeuta, haciendo que este se esforzara más en evaluar los resultados de su trabajo.

En 1950 se funda la National Association for Music Therapy, que estandarizó el  sector mediante unos estatutos y unas comisiones de educación, investigación,práctica clínica y entrega de certificados, en definitiva, regularización del sector de la musicoterapia.

Consiguieron que el estado financiase los tratamientos de musicoterapia. De esta asociación, derivó en 1970 la American Association for Music Therapy y en 1998 ambas asociaciones se unieron para crear la American Music Therapy  Association, que es la única asociación americana de musicoterapeutas queexiste en la actualidad.

Estados Unidos es, sin duda, el país donde más profesionales de psicoterapia hay y donde más se desarrolla y se investiga sobre la profesión. Las grandes figuras del siglo XX en la musicoterapia han sido Thayer Gaston y Myrtle Fish Thompson. El primer congreso mundial de musicotrerapia se celebra en París en 1974 y supone el comienzo del crecimiento de la musicoterapia como disciplina científica.

En América la musicoterapia tiene una presencia consolidada en muchos países. Brasil es el país en el que existe un mayor número de asociaciones de este ámbito. La Asociación Argentina de Musicoterapia es relevante mundialmente y su fundador, Rolando O. Benezon ha impartido cursos en todo el mundo sobre su libro, ˊLa nueva musicoterapiaˊ.

En España, la figura más relevante en el campo de la psicoterapia es la doctora Serafina Poch, iniciadora de los Cursos de Postgrado y Másters de Musicoterapia en diversas universidades españolas. Aitor Loroño es el creador del Centro de Investigación de Musicoterapia a nivel nacional. Además, existen diversos tratados sobre el tema que estudiaremos posteriormente.

PUNTO 5. APLICACIONES Y OBJETIVOS

Las aplicaciones de la musicoterapia son las siguientes:

  • Reducir el estrés.
  • Tratar la ansiedad y la depresión.
  • Disminuir la neurosis.
  • Controlar los desórdenes alimenticios.
  • Paliar las dificultades del aprendizaje.
  • Fomentar la socialización y la autoestima.
  • Es muy útil en el tratamiento de niños autistas para ayudarles a vencer su aislamiento y modificar pautas de comportamiento.
  • Desarrollar habilidades en el retraso psicomotriz y mental.
  • Tratamiento del Síndrome de Down.
  • Para trabajar con niños hiperactivos, depresivos, agresivos.
  • Apoyar el embarazo.
  • Tratamiento psicosomático de las personas enfermas de cáncer.
  • Tratamiento de personas con adicciones difíciles de tratar.
  • En operaciones quirúrgicas. Es útil para reducir el grado de ansiedad en el preoperatorio y para disminuir los umbrales de percepción del dolor en el postoperatorio.
  • Para la rehabilitación, ya que disminuye la tensión física y acelera la recuperación.
  • En la vejez, por ejemplo, con el Alzheimer.
  • Para la creación de una identidad de grupo, ya que la música es uno de los signos más espontáneos de esta identidad.

Los objetivos de la musicoterapia son los siguientes:

  • Conocerse a uno mismo en el aspecto físico, emocional y social.
  • Atenderse a uno mismo y al entorno.
  • Conocer el entorno.
  • Propiciar la comunicación interpersonal.
  • Conocer a otros, especialmente a personas significativas del entorno cercano, como la familia, grupos de trabajo, amigos.
  • Integrarse y conocer el rol propio en la sociedad.
  • Reforzar la libertad personal e interpersonal.
  • Promover la expresión.
  • Mejorar y mantener la salud física y mental.
  • Desarrollar las destrezas académicas, el lenguaje, la comunicación y mantener estas habilidades.
  • Facilitar el diagnóstico de enfermedades.
  • Establecer una relación terapeuta-paciente.
  • Influir de manera controlada en un determinado tipo de comportamiento inaceptable y en procesos de aprendizaje inefectivos.
  • Trasformar las personalidades problemáticas.
  • Desarrollar la expresión musical.