PUNTO 1. INTRODUCCIÓN
Formar al formador es ofrecer la posibilidad de aprender, descubrir, aplicar y comprender diferentes métodos y técnicas para conseguir un desarrollo personal y profesional. Se trata de un procedimiento dinámico y constante, una reflexión acerca de las formas de actuación en el aula y una adaptación a las circunstancias y oportunidades del entorno.
Formar al formador es dar rienda suelta a la imaginación, dar importancia a la disciplina y hacer posible la composición de fórmulas para producir el desarrollo y el avance de los alumnos. El aprendizaje es tomar y desarrollar competencias, generar formas de construir y progresar. Esto se permite a través de la acción de formación e intercambio de ideas, conocimientos y habilidades.
1.1. La finalidad
Crear secuencias de aprendizaje relacionadas con la realidad, orientada a los docentes de formación profesional para que puedan mejorar y favorecer, por la acción de la formación, la consecución, desarrollo y la actualización de competencias laborales, profesionales y productivas. Es decir, preparar a los formadores para organizar, llevar y valorar cursos de formación profesional.
1.2. El proceso
1.3. Ámbitos de formación
La formación del formador se refleja en dos niveles:
De esta forma, el objetivo y el proceso van a ser el mismo, los contenidos y unidades de aprendizaje serán distintos y, en los dos casos, en constante proceso de favorecimiento y actualización, como el propio mercado sociolaboral lo va exigiendo.
1.4. Niveles de formación
Los niveles de formación cambian según las necesidades del grupo al que se orientan, pudiendo agruparse en:
PUNTO 2. APORTES DE LA FORMACIÓN PROFESIONAL PARA EL DESARROLLO INTEGRAL
La formación profesional es el sistema de preparación que ha hecho posible, y sigue haciéndolo, la aplicación de estrategias para preparar los aprendizajes según las necesidades de formación relacionadas con el desarrollo de la actividad laboral. En cambio, el sistema productivo y el avance tecnológico requiere mayores calificaciones y otras competencias que abarcan, además del puesto, el sector productivo y el sitio de trabajo.
La formación de formadores se encuentra inmersa en un espacio complementario entre la educación formal, escolar, académica y el trabajo en general. La formación profesional tiene que acoger y ofrecer metodologías, tecnologías de enseñanza y recursos humanos organizados para poder ajustar los perfiles del trabajador o la persona que busca trabajo a la demanda de empleo.
PUNTO 3. LA FORMACIÓN COMO PROCESO
En el proceso formativo, ganan importancia los aspectos asociados que van a influir en el y, en especial, el alumnado y el formador. En la formación de formadores encontramos diferentes tipos de tareas:
La formación como proceso organizado sigue entre sus objetivos el mejoramiento de la persona en distintos campos o niveles. Es una formación completa que busca el saber hacer (aptitudes y destrezas), estar (actitudes y valores) y ser (conocimientos) de su alumnado. Separando estos saberes, podemos dividir los aspectos que nos ofrece el proceso de formación:
La conceptualización de la formación adquiere importancia porque nos hace ver su trascendencia. Otro factor que podemos destacar es la función que la formación presenta en su desarrollo:
PUNTO 4. LOS CAMBIOS DE CONTENIDO EN LA FORMACIÓN PROFESIONAL. CULTURA Y CONTEXTO SOCIOLABORAL
Actualmente, nos encontramos en una época de transformación de recursos técnicos, humanos, materiales y organizacionales. El desafío es aplicar, en las relaciones con otros, con las máquinas, el entorno y las interacciones sociales, los principios de ayuda creativa que nos muestra la naturaleza.
La fisiología nos permite la oportunidad de percibir el concurso activo, concertado de distintos órganos para llevar a cabo una función sinérgica. Lo característico de la sinergia está en valorar las distinciones, respetarlas, compensar las debilidades y crear sobre las fuerzas. La nueva cultura pide abrir nuestra mente y sentimientos a nuevas posibilidades y opciones.
Para favorecer el cambio de los educadores hay que producir la sinergia en la formación: aprender a ayudar, a pensar y a crear, utilizando las fuerzas y energías de todos, para mejorar el desarrollo de conductas flexibles y polivalentes. La nueva cultura en la formación y las empresas va a necesitar:
PUNTO 5. CULTURA Y FORMACIÓN PARA EL EMPLEO
La cultura incide en lo esencial: los principios, valores, forma de ser, estar y actuar en el mundo. No se trato de algo accesorio sino un estímulo y fuente de desarrollo, para conseguir el respeto por uno mismo, los demás y el medio ambiente.
Cuando nos referimos a preparar cursos que cubran las necesidades de calificación y hagan más fácil la tarea de conseguir competencias para ser productivos, tenemos que aplicar nuestro conocimiento, análisis crítico y actuación en el contexto en el que vivimos, pues únicamente mediante la cultura y la formación se puede cambiar.
Por tanto, enseñar en recursos humanos es informar sobre la cultura y las alternativas que pueden crear procedimientos de desarrollo y producción, con el objetivo de guiar y aconsejar a nuestros alumnos para que encuentren sus propios potenciales y los del entorno, influyendo en el desarrollo individual, social y económico.
Hoy en día, el formador debe estar cualificado para crear y desarrollar programas de:
PUNTO 6. PARÁMETROS Y ETAPAS DE LA ACCIÓN FORMATIVA
La acción formativa es la organización sistemática de la información, actividades y estrategias que, preparadas anteriormente, permiten la relación entre la enseñanza y el aprendizaje, mediante la intervención en el proceso del formador, el alumno y la retroalimentación del sistema. De este modo, la virtualidad de la acción es su asociación con el sistema productivo: formas organizativas, tecnologías empledas, grupos de incidencia y productos que crea y comercializa.
6.1. Finalidad
Preparar y estructurar actividades de aprendizaje que llevan a favorecer la calificación global de la persona para hacerle más sencilla la entrada en el empleo y la movilidad profesional en el mundo del trabajo.
6.2. Parámetros de la acción
Los elementos que participan en la acción formativa tienen que interactuar en interdependencia, para manejar las competencias que permiten al aprendiz comportarse en la vida activa y productiva de forma eficaz.