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Curso: Auxiliar de óptica con estancias formativas
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Curriculum

Auxiliar de óptica con estancias formativas

Bloque 1. El ojo

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Bloque 2. Graduación e instrumentos

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Bloque 3. Montaje y reparación de productos ópticos

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Bloque 4. El uso de los audífonos

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Bloque 5. El trabajo en la óptica. La venta y la atención al público

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Tema 1. El ojo. Su funcionamiento y sus componentes

PUNTO 1. EL OJO

El ojo es un órgano fotorreceptor, con una longitud de 2,5 cm. Está envuelto por la esclerótica “lo que llamamos el blanco del ojo”, que es una membrana de color blanca y opaca a la luz, dándole al ojo su densidad, resistencia y elasticidad.

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Debajo de la esclerótica nos encontramos la coroides, una estructura muy vascularizada. La úvea conforma la parte anterior, que está compuesta por:

  • El iris. Es un tejido pigmantoso, situado entre la córnea y el cristalino, teniendo una forma de disco con una perforación en su parte central por el orificio pupilar. El iris se puede presentar de diferentes colores, ej.: marrón, verde, gris o azul.
  • La coroides. Es una envoltura vascular situada dentro de la esclerótica. Está compuesta por cuantiosas células pigmentarias, por las cuales puede hacer del ojo una cámara oscura donde proyectamos la luz.
  • El cuerpo ciliar. Situado por delante de la coroides se encuentra conformado por fibras musculares lisas. Se encarga de elaborar el fluido acuoso, además de contener los músculos de sostén.

La retina destaca por ser la capa con mayor profundidad del ojo, además de ser muy sensible y fina. En ella se encuentran las células nerviosas sensibles a la luz y un conjunto de hembras que dan forma al nervio óptico, encargado de enviar al cerebro toda la información recopilada. La retina se sustenta del oxígeno que le da la coroides.

Disponemos de mecanismo de protección por la fragilidad del ojo. La consistencia ósea de la órbita es el más enérgico de ellos. El ojo se puede mover en su interior por la labor de seis músculos extrínsecos que lo rodean. En la protección de los ojos, el párpado posee un rol imprescindible. Este está dotado de una zona muscular, donde se sitúan las pestañas, que realizan la función de barrera sobre el polvo o pequeñas partículas.

Al cerrarse los párpados, estos arrastran los desechos hacia el exterior de los ojos, y cuando se abren ayudan a dispersar por toda la superficie ocular la humedad (lágrimas). Los párpados, al cerrarse rápidamente, forman un muro mecánico contra las posibles lesiones. La lágrima es un líquido formado por cloruros de sodio, potasio y lisozima. Dicho líquido es producido por el proceso corporal de la lagrimación para limpiar y lubricar el ojo, favoreciendo así su función óptica y actuando de anti reflectante.

PUNTO 2. PARTES DEL OJO

Las distintas zonas anteriores y posteriores que conforman las partes más importantes del ojo humano lo caracterizan como uno de los órganos con mayor complejidad que existe.

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2.1. Partes externas del ojo

Entre las partes externas del ojo humano podemos diferenciar:

  • La esclerótica. También conocido como la parte blanca del ojo, se trata de la capa externa fibrosa del ojo y de color blanco que reviste al globo ocular. Su principal objetivo es preservar las estructuras sensitivas del ojo.
  • La córnea. Se trata de la parte anterior transparente y clara del ojo, encargada de cubrir el iris, la pupila y la cámara anterior. Podemos compararla con un cristal.
  • El lente cristalino. Está ubicado tras el iris y su principal objetivo es enfocar la luz hacia la retina en dirección a la parte posterior del ojo, función que recibe el nombre de acomodación.
  • El iris. Está situado detrás de la córnea y es el fragmento circular del tejido pigmentado que otorga al ojo su color característico.

2.2. Partes internas del ojo

Entre las partes internas del ojo humano podemos diferenciar:

  • La cámara anterior. Está constituida por el espacio que hay entre la córnea y el iris. El fluido transparente y nítido, denominado humor acuoso, se encuentra en dicha parte.
  • La pupila. Es conocida como el círculo negro ubicado en la parte central del iris, pero se trata de una masa gelatinosa y blanda, transparente y sin color que, además de permitir el paso de la luz, cubre la parte posterior del cristalino.
  • La retina. Se trata de la parte más profunda del ojo, siendo un manto delgado compuesto por muchas capas celulares sensibles a la luz y funcionando como una pantalla sobre la que el cristalino y la córnea focalizan las imágenes.
  • El cuerpo ciliar. Está ubicado entre el iris y la membrana coroides, en él se encuentran los músculos de sostén y, además, es el encargado de la producción del humor acuoso y del cambio que realiza el cristalino para una adecuada acomodación.
  • La membrana coroides. Es un manto vascular intermedio del ojo situado entre la esclerótica y la retina.
  • La mácula. Está situada en el centro de la retina, es la encargada de otorgar la visión de detalles, es la que nos permite poder leer y la visión de colores.
  • El nervio óptico. Se encuentra conformado por un conjunto de fibras nerviosas, su función es la de transmitir el mensaje visual desde la retina al cerebro.

PUNTO 3. FUNCIONAMIENTO DE LOS OJOS

Al igual que otros sentidos, la vista requiere de más factores para funcionar correctamente. Para que podamos entender lo que ve el ojo, resulta imprescindible que por este entre luz. Los rayos luminosos son recibidos en primer lugar por la córnea, luego pasan por el líquido llamado humor acuoso, tras este pasan por la pupila, el cristalino y acaban en la retina después de pasar por el gel vítreo. La córnea y el cristalino son los responsables de refractar los rayor de luz para dirigirlos hasta la retina, que está compuesta por alrededor de 127 millones de células con sensibilidad a la luz. Estas células son las encargadas de formar los bastones y conos del ojo.

Asimismo, dichas células tienen la función de absorber los rayos luminosos y transformarlos en una señal electroquímica que será transferida al resto de células de la retina. Una vez realizado este proceso, la información llega al cerebro, hasta la región de los lóbulos occipitales donde el proceso visivo se efectúa, tras pasar por el nervio óptico. El globo ocular se parece a una cámara fotográfica, donde la córnea es la que realiza el trabajo del objetivo y siendo el iris el responsable de transformar el diámetro de la pupila, en función de la proporción de luz que veamos. El cristalino es el responsable del enfoque con una lente biconvexa, mientras la retina ejerce el papel de la película sensible que registra la imagen.

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PUNTO 4. MÚSCULOS OCULARES EXTRÍNSECOS

Situados en la parte externa del ojo, nos posibilitan los movimientos para la orientación y la exploración visual. Gracias a ellos podemos ver todas las direcciones del espacio: horizontales, verticales, oblicuos y de convergencia, así, como los aislados o asociados a los movimientos que realizamos con la cabeza y el cuello.

Estos músculos se caracterizan por ser simultáneos y por ir en la misma dirección ambos ojos para poder realizar una visión binocular y que, de esta forma, podamos ver una imagen de igual tamaño, forma y color con ambos ojos, y podamos percibirla como única.

Estos músculos extrínsecos están compuestos por cuatro músculos rectos que, debido a su posición, le damos los nombres de superior, inferior, interno y externo; y por dos músculos oblicuos, que reciben el nombre de oblicuo superior o mayor y oblicuo inferior o menor. Estos músculos sustentan un adecuado equilibrio de fuerzas, arrastrando del ojo hacia atrás (músculos rectos) y hacia delante (músculos oblicuos).

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PUNTO 5. ÓRGANOS PROTECTORES DEL OJO

El sistema lagrimal nos aporta un recurso líquido, las lágrimas, que humedecen constantemente la córnea, la conjuntiva y los fondos de saco conjuntivales formando, así, un impedimento con el medio externo y protegiendo el ojo de posibles infecciones. También nutre a la córnea y favorece una buena visión. El sistema lagrimal está conformado por las vías lagrimales que conducen a la lágrima hacia las fosas nasales y por la glándula lagrimal.

La conjuntiva es una mucosa fina, rica en unas glándulas que nos mantienen la humedad del ojo y colaboran con la secreción lagrimal. La membrana conjuntival reviste la parte posterior de los párpados y la cara anterior de la esclera. Los párpados están compuestos por dos pliegues musculomembranosos, dichos pliegues están separados por una abertura llamada palpebral, protegiendo la parte anterior del ojo.

Debido a la gran movilidad de los párpados estos protegen a los ojos, participando en la limpieza y difusión de las lágrimas sobre la extensión ocular. Los párpados tienen una región muscular elevadora donde se originan las pestañas, que nos protegen del polvo y partículas. Debajo de las pestañas está la zona tarsal-conjuntiva, que es donde están las glándulas palpebrales sebáceas de Zeis y las sudoríparas de Moll, que son las encargadas de elaborar un tipo de grasa que imposibilita la eliminación de la lágrima.

Las cejas son unas prominencias repletas de pelos que nos permiten protegernos del sudor o de la emisión solar. Debajo de la piel donde se sitúan las cejas se localizan las fibras musculares concernientes a músculos de la mímica próximos, que nos permiten los movimientos de subida o bajada de las cejas, como son el frontal, el superciliar y el orbicular del ojo.

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PUNTO 6. LA CÓRNEA

La córnea es una túnica transparente encajada en la abertura anterior de la esclera. Concede al ojo 2/3 del poder dióptrico o refractario con su estructura de lente convergente, siendo necesario para poder enfocar la luz sobre la retina.

Este armazón se equipara a un sombrero de unos 12 mm de diámetro, es el primer mecanismo refractivo. Aunque tiene un aspecto sencillo y traslúcido, es una lente compuesta por cinco capas diferentes: un epitelio escamoso estratificado externo que está apoyado sobre otra capa llamada membrana basal de Bowman, seguido de un estroma y otra capa interna con la membrana basal de Descemet y endotelio. Debido a que está inervada por fibras sin mielina y por la escasez de vasos, la córnea tiene esa transparencia.

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Se denomina surco esclero-corneal o limbo a la unión entre la córnea y la esclera, siendo esta unión la ruta que se usa para el abordaje quirúrgico de la zona anterior del ojo. La pupila regula la luz de entrada a través de una abertura cuyo diámetro cambia debido a la acción refleja de los músculos que manejan el iris.

La cámara anterior, como ya se ha visto, es una cavidad constituida entre la córnea y el iris, llena por humor acuoso, una sustancia líquida donde la presión ejercida mantiene la curvatura de la córnea. La presión intraocular que es adecuada para el ojo depende del equilibrio entre la formación y el drenaje del humor acuoso para perseverar una buena estructura y función del ojo, ya que una abundancia de formación, o más frecuentemente la obturación de su drenaje, provocan que aumente la tensión ocular o glaucoma.

En la cavidad interna nos encontramos con el humor vítreo, esta mezcla gelatinosa contribuye en el mantenimiento de la forma esférica del ojo, gracias a ello colabora con la sujeción de la retina sobre la coroides, impidiendo desprendimientos de retina. Asimismo, también da algún poder dióptrico al ojo por su transparencia.

PUNTO 7. EL CRISTALINO

De 1 cm de diámetro y 0,5 cm de grosor es una lente biconvexa, está ubicado en el interior del ojo. Dispone de una configuración morfológica fundamental, tales como la elasticidad y su transparencia, ya que carece de vasos y nervios. Está formada por una cápsula, siendo más voluminosa por la parte de adelante que por la de atrás, una corteza y un núcleo.

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El cristalino está ubicado entre el iris y el cuerpo vítreo, sostenido por la Zónula de Zinn, que tiene la responsabilidad de realizar la tensión para cambiar la forma de la lente, para ajustar la visión a las diferentes distancias, esto es lo que se conoce como reflejo de acomodación.

Dependiendo de la distancia donde se encuentre el objeto que queremos ver, el músculo ciliar se relaja o se contrae, modificando el cristalino para realizar un buen enfoque. Por ejemplo si miramos un objeto que esté situado a más de 6 metros, el músculo ciliar se relaja, es por eso por lo que la zónula tensa y el cristalino quedan poco abombado. En cambio, si miramos un objeto más cerca el músculo ciliar se contrae, la zónula se distiende y el cristalino se abomba, así se amplía su poder de convergencia. Con el paso de los años se va perdiendo la flexibilidad y el poder de convergencia del cristalino, es por eso por lo que es más difícil realizar un correcto enfoque, esto es lo que ocasiona la presbicia o vista cansada. Debido a la forma que tiene el cristalino cuando la luz lo atraviesa hace que se invierta para que, de esta forma, incida sobre la retina.

PUNTO 8. LA RETINA

La retina es la encargada de transformar la impresión óptica en bioléctrica, debido a la rodospsina y otros fotopigmentos que bañan las células fotorreceptoras. La parte anterior de la retina se ajusta a la coroides, que va pegada hasta la parte posterior envolviendo el ojo, llegando a la zona donde millones de fibras nerviosas se internan en el foramen de la esclerótica denominado papila, uniéndose finalmente al nervio óptico.

Es posible observar todas las bifurcaciones de la arteria y de la vena central del ojo si contemplamos la retina a través de la abertura de la pupila. De unos 2 mm de diámetro la mácula acoge la fóvea o el punto de máxima sensibilidad visual. Aproximadamente a unos 15° en la pupila en dirección nasal, la visión es completamente nula.

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La mácula es la cobertura ocular más interna y compleja, se encuentra situada por dentro de la coroides. A su vez, es la parte más importante de la retina, ya que gracias a la mácula es posible poseer una visión central, una visión del detalle, visión del movimiento, de los objetos pequeños o de los colores (nos permite distinguir las caras o que podamos leer sin inconvenientes). La importancia de la mácula es llamativa, ya que solo es una mancha pequeña amarilla de 5 mm de diámetro y más delgada que la retina.

El 95% restante de la extensión de la retina es la encargada de la visión periférica o lateral y sólo la utilizamos para identificar bultos o movimientos. Los encargados de captar y transmitir la energía luminosa en impulsos nerviosos son los fotorreceptores. Nos encontramos con dos tipos diferentes de células receptoras a la luz: los bastones y los conos.

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Para el funcionamiento de los conos se requiere una gran magnitud luminosa, al tener estos una baja sensibilidad a la luz, por lo que para una visión diurna son unas excelentes células, ya que nos permite una distinción de las formas y del color según su matiz, susceptible al rojo, al amarillo o al azul. Estas células son más cuantiosas en la mácula. En cambio, en la zona periférica los bastones son más abundantes. No son tan excitables como los conos y de ellos reconocemos el movimiento en la oscuridad, pero solo lo distinguimos en blanco y negro.