PUNTO 1. LOS ORÍGENES
El protocolo acompaña a la humanidad desde el antiguo Egipto y ha evolucionado mano a mano con la sociedad a lo largo de la historia. Como tal, es esencial desde los mismos comienzos de la sociedad ya que regula la convivencia de un grupo de personas que se ven obligadas a hacer vida común. Ayuda a establecer una jerarquía y un orden dentro de los grupos, a respetar unas normas comunes de convivencia y trato y, en definitiva, a organizar las relaciones sociales.
Esta disciplina se relaciona tanto con la antropología como con la sociología, ciencias que estudian al ser humano y a la sociedad conjuntamente. Aunque existen evidencias escritas de la existencia del protocolo desde la antigüedad, se sospecha que existía desde mucho antes, pero que no se conservan documentos que puedan probarlo.
Documentalmente, hay certeza de que el primer manual de etiqueta está fechado 2.000 años antes de lo que se sitúa la Biblia, en la quinta dinastía de Dyedkara-Isesi, faraón del alto y bajo Egipto. En este se establecían ciertas normas de comportamiento en lo referente al estado, las batallas y las esferas sociales.
1.1. Antecedentes: el Código de Hammurabi
También se pueden encontrar instrucciones de protocolo en el Código de Hammurabi, fechado hace casi 4.000 años, el cual se considera el antecedente de los manuales protocolarios. En él, el rey de Babilonia establecería ciertas normas para regir el comportamiento de los ciudadanos y de sus esclavos, siendo estas muy diferentes dependiendo de la categoría social, con el objetivo de mejorar la convivencia de todos.
Se conservan extractos en los que se describe a la perfección la ceremonia de coronación y los diversos actos que acompañan este evento mediante el uso de un lenguaje muy preciso y culto. También se conservan fragmentos en los que se detallan la división de clases sociales impuesta en ese estado y su organización en todos los niveles, así como su regulación por parte de las autoridades. Posteriormente, se pueden encontrar cartas de normativa para los funcionarios del estado en las que se dan nociones como:
- El buen trato a los ciudadanos del reino de Babilonia independientemente de su nivel social y de su estatus.
- Ejecutar cuidadosamente las ceremonias del reino para mantener la prosperidad de este.
- Poner cuidado en los actos y en las relaciones para mantener la paz.
1.2. Antecedentes del protocolo en otros países
Además de en el reino de Babilonia, se pueden encontrar diferentes ejemplos de antecedentes del protocolo en diversas civilizaciones a lo largo de la Edad Antigua. Algunas de estas civilizaciones son:
- Egipto. Se conservan documentos como El libro de enseñanzas de los escribas, en el que se establece un orden protocolario para las ceremonias celebradas por las autoridades especialmente designadas para ello. Da gran importancia a los ritos, designando un cargo especial denominado ‘Ritualista Jefe’, que cumplía las funciones del actual jefe de protocolo, vigilando, además, el correcto cumplimiento de las normas.
- Roma. En la Roma antigua también existía una figura similar al jefe de protocolo, aunque, además de la regulación y vigilancia de las normas sociales, también se dedicaban a otras labores relacionadas con la autoridad y la política. Estos responsables de protocolo se llamaban ‘Agures’.
- Persia. El pueblo persa hace gala de una de las cortes más estrictas y bien organizadas de la Edad Antigua, famosa por su severidad a la hora de mantener la etiqueta en sus ceremonias, muy habituales. Para lograr un puesto en la corte se debería mantener una impecable trayectoria social y protocolaria y, para poder acceder al rey, tanto los visitantes como los miembros de la corte debían realizar un largo ritual ceremonial.
- Grecia. Se trata del pueblo de la cultura por excelencia, de la cual se conservan normas de protocolo que estuvieron activas durante siglos.
- Antiguo Testamento. En la primera parte de la Biblia pueden encontrarse numerosas referencias a ciertas normas de protocolo propias del pueblo judío y contemporáneo como, por ejemplo, normas sobre la colocación de los invitados en los banquetes, sobre las diversas obligaciones del anfitrión y otros procesos protocolarios propios de la época.
PUNTO 2. TIPOS DE PROTOCOLO A LO LARGO DE LA HISTORIA
Las ceremonias acompañaban a las diversas civilizaciones a lo largo de la vida de las personas, desde su nacimiento hasta su muerte. Estaban presentes –y lo están en la actualidad – en los momentos más importantes de cualquier sociedad histórica, no necesariamente en aquellos que implicasen a la población de a pie, sino también en la religión, en la cultura, en las altas esferas y en las campañas militares. Algunos de los tipos de protocolo de importancia a lo largo de la historia, de los que se conserva información en la actualidad, son:
- Protocolo griego del deporte. Fechado en el siglo VIII a.C. se considera que es el primer protocolo deportivo realizado en la historia.
- Protocolo militar de Alejandro Magno. Creado por los griegos durante el mandato del monarca, sobre el 300 a.C., posteriormente se hicieron numerosas copias romanas de las que se conservan ciertos fragmentos.
- Protocolo religioso. En la época del emperador romano Constantino se impuso el cristianismo como la religión oficial del Estado, obligando a todos los ciudadanos a adoptar las costumbres y ritos propios de esta. Se puede considerar el primer ejemplo de Estado Confesional en el que el protocolo de estado y de liturgia se encuentran unidos en los actos oficiales y en la vida de los ciudadanos por igual.
- Protocolo académico. Se tiene constancia de que el primer protocolo académico apareció en Bolonia (Italia) en el siglo I a.C. De ahí proviene el himno académico que se conserva en la actualidad: el Gaudeamus igitur.
- Protocolo diplomático. Sobre el año 1600 d.C. aparece el primer protocolo diplomático, durante el gobierno del papa Julio II. En este documento se establece una diferencia jerárquica entre las diversas figuras de gobierno, donde aparece por primera vez la figura del embajador y se tiene en cuenta la importancia de las diversas relaciones internacionales para el correcto funcionamiento del estado.
- Protocolo social. Se tiene constancia de su existencia desde el siglo XVI, época en la que Luis XII impuso en Francia las primeras normas de protocolo, similares a las que existen en la actualidad. En la corte del rey y en todos los hogares de clase alta se establecieron ciertos patrones de conducta en las comidas, gracias a la existencia del tenedor como herramienta y en las nuevas normas del buen gourmet creadas por el monarca. La importancia de la ropa como signo de distinción y riqueza también tomó fuerza, primándose el buen vestir en los círculos sociales más altos.
Aunque estos fueron los hitos históricos más relevantes en la creación de normas sociales y de comportamiento, creando, en conjunto, algo similar al protocolo actual, es cierto que los servicios de protocolo ya existían desde la baja Edad Media en la que se cultivaban y trabajaban las relaciones internacionales entre diversos países, especialmente entre las tierras colindantes. Tras el descubrimiento de América, se impusieron las costumbres europeas en toda la zona; a día de hoy se conserva el Manual de urbanidad y buenas maneras, de Manuel Antonio Carreño, publicada en Caracas en 1853, como guía imprescindible del buen gusto y la ceremonia, esenciales para la convivencia con la cultura hispanoamericana.
PUNTO 3. LA PALABRA PROTOCOLO
La palabra protocolo es muy antigua y ha sufrido diversas modificaciones a lo largo de la historia, dependiendo del contexto y del idioma en el que se utilizara. Originalmente, proviene del griego protos- y –kollom. En este idioma no tenía el significado de normas sociales con el que se relaciona en la actualidad, sino que venía a referirse literalmente a la primera hoja de un documento escrito de cualquier clase.
En latín, se utilizó la misma palabra para definir aquellos documentos en los que se registraban instrucciones de diversa índole. Esta definición es clave, ya que señalará el camino de lo que significará posteriormente la palabra protocolo. En la actualidad, existen numerosas definiciones de protocolo en diferentes idiomas, pero todas señalan a un significado común. Incluso el Diccionario de la Real Academia Española lo define de diversas maneras, como las siguientes:
- “Escrituras matrices y otros documentos que un notario autoriza y custodia”.
- “Acta o cuaderno de actas relativas a un acuerdo, conferencia o congreso diplomático”.
- “Regla ceremonial diplomática o palatina establecida por decreto o por costumbre ”.
Estas son las definiciones más comunes, no obstante también se pueden encontrar fácilmente otras que definan la disciplina como un arte de la relación humana que tiene como objeto realizar actividades de mejora de la convivencia. También se relacionan con las tradiciones y, generalmente, con los eventos, tal y como se entiende en la sociedad moderna.
Para los romanos el protocolo era una imposición que se conservaba en forma de documento oficial, en forma de leyes, que regulaban todos los procedimientos que se realizaban en el estado y, en particular, todas las normas que se debían seguir en los procesos militares.
3.1. El Derecho Premial
El Derecho Premial es aquella rama del derecho que engloba todo lo relacionado con el ceremonial militar y con las normas de protocolo que rigen los actos, así como los procedimientos a seguir en los diversos actos relacionados con la actividad militar. Engloba ciertas temáticas divididas en ramas propias, tales como:
- Pruebas de nobleza y justificación.
- Mercedes de hábito: uniformes y trajes de ceremonia.
- Organización y regulación de los estamentos y clases sociales.
- Usos sociales de las normas y ámbitos de aplicación.
Aunque su origen es antiguo, aún se sigue utilizando en la actualidad como norma básica en ciertos círculos. Generalmente, se considera rígido y ortodoxo y de difícil aplicación en eventos simples pero se puede utilizar para:
- Eventos de gran pluralismo político en los que las costumbres protocolarias de cada uno de los asistentes son radicalmente diferentes.
- Establecimiento de pactos forzosos, en los que los interlocutores deben adaptarse a ciertas normas de conducta y participación.
- Reconocimiento de jerarquías en caso de que los asistentes a un evento tengan un rango equivalente y exista confusión al respecto.
- Imposición de jurisdicciones.
- Situaciones de gran solemnidad e interés público en las que los invitados están expuestos a una visibilidad pública considerable.
- Entregas de premios oficiales e internacionales en los que deben convivir invitados procedentes de culturas dispares.
- Elección de normas de cortesía provenientes de manuales de protocolo.
- Regulación del vestuario en términos generales.
- Precedencias dentro de una misma sala o a la hora de situar a los invitados en una mesa.
- Precedencias de la simbología.
- Regulación de actividades de interés religioso no reguladas previamente por su propio protocolo.
3.2. Derecho premial español
En España, existe una rama del derecho cuya finalidad es regular la concesión de premios y otras menciones honoríficas con el objetivo de premiar ciertas actividades, conductas o aportaciones sociales. Originalmente existían, como contraposición, a las leyes que penaban, es decir, su objetivo era el de otorgar premios por buena conducta, incitando a los ciudadanos a realizar aportes a la sociedad, en vez de penalizar a estos por no efectuar aportes.
Durante los dos últimos siglos, apenas se ha desviado la trayectoria del Derecho Premial Español. En general, se han aumentado las distinciones y condecoraciones más variadas sin sentido aparente, respondiendo a las necesidades de la situación –reales o no. La ubicación de la normativa premial dentro del derecho encierra gran complicación, debido a que las normas no se encuentran organizadas de manera sistemática y no se han situado previamente en ningún lugar concreto.
PUNTO 4. OBJETIVOS DEL PROTOCOLO
Tal y como se define, podemos entender a grandes rasgos cuáles son sus objetivos generales, ya que estos están relacionados con las relaciones interpersonales y la convivencia social. No obstante, podemos localizar objetivos específicos de la aplicación del protocolo en la sociedad:
- Se basa en la educación y la cortesía como esencia de las relaciones personales. Busca implantar el respeto entre las personas, independientemente de su estatus social y sus características personales. Esto se denomina respeto integral.
- Busca el buen hacer y la correcta realización de actividades mediante la aplicación de una normativa de resolución, que en ningún momento trata de entorpecer las relaciones, sino de hacerlas más fluidas.
- Potencia una convivencia siempre positiva, ya que si esta no lo es, no tiene sentido aplicar el protocolo porque sin convivencia positiva no tiene razón de ser.
- Define la presidencia de los actos, recalcando especialmente el papel del anfitrión como un rol complejo, repleto de obligaciones, y que debe satisfacer siempre a los invitados y velar por el cumplimiento del objetivo final.
- La precedencia del acto es sumamente relevante, independientemente del respeto integral que se debe mostrar hacia todos los invitados, siempre se debe tener en cuenta las jerarquías. Estas establecen normas de comportamiento diferenciadas, dependiendo del estatus y de los cargos de los asistentes a los eventos con el objetivo de implantar un cierto orden social.
- Busca definir los símbolos representativos de cada nación, institución y grupo social ya sea a pequeña o gran escala, tratando de definir la identidad desde el respeto.
- Regula las intervenciones en actos de cualquier magnitud.
4.1. Objetivos específicos del protocolo
Además de los objetivos generales expuestos anteriormente, son de dominio general ciertos objetivos específicos que justifican la aplicación de las normas de protocolo y ceremonial en eventos, e incluso en aspectos de la vida cotidiana que requieren cuidado y atención. Algunos de estos objetivos son:
- Regular eventos académicos especiales e incluso la dinámica diaria de la enseñanza superior, dotándolo de la solemnidad característica de las instituciones universitarias.
- Educar al público general en el conocimiento de símbolos, órdenes de precedencia y otros elementos identificativos que representan la cultura y la tradición.
- Ayudar e informar a los organizadores de eventos para que puedan desarrollar correctamente sus tareas y concluir el evento con éxito.
- Consensuar la comunicación entre diversos sectores incidentes en las ceremonias públicas.
- Resolver conflictos puntuales de organización y gestión.
- Proporcionar un valor añadido a eventos institucionales y empresariales que permitan que los asistentes disfruten de la asistencia a estos.
- Regular los atuendos de los asistentes a determinados eventos, buscando la uniformidad de este, con el objetivo de alcanzar un cierto prestigio o mantener el ya existente.
- Homologar los procesos de orden y organización de ceremonias de diversa índole.
- Aunar a la comunidad institucional dentro de unas mismas normas.
- Determinar un comportamiento adecuado a los diferentes contextos, con el objetivo de mantener la educación y la convivencia.
- Fijar unos objetivos comunes que marquen las directrices sobre las que se desarrollará un evento.
- Cuidar los detalles, guiando el interés de los asistentes hacia ciertas ideas y acontecimientos, evitando distracciones innecesarias, pero dinamizando la asistencia a reuniones de índole conferencial.
- Determinar el público objetivo de eventos generales y los planes de actuación.
- Obtener el reconocimiento de los asistentes en particular y de la opinión pública en general.
- Acercarse al dominio de las relaciones públicas con el objetivo de promocionar el evento ante la mayor cantidad de público objetivo posible.
- Definir perfiles profesionales e institucionales mediante el seguimiento de normas.Implementar actividades de interés en diferentes entornos públicos.
- Reconocer la importancia histórica del ceremonial y su influencia en las diferentes sociedades a lo largo de la historia.
- Diferenciar los diferentes tipos de normativa y determinar pautas comunes sobre su aplicación en ámbitos variados.
- Otorgar honores según adecuación.
- Crear un pensamiento analítico y resolutivo en lo que respecta a la organización y coordinación de servicios.
- Manejar el trato a invitados ilustres o de importancia social desde el respeto del espacio personal y la honra.
- Dominar la cortesía y ser consciente de su trascendencia en las relaciones sociales contemporáneas.
- Revisar la teoría clásica y aplicarla correspondientemente según necesidad.
- Desarrollar un criterio propio siempre desde el respeto a la norma, obviando la disciplina en pos de una flexibilidad supeditada al protocolo.
- Dominar la multiplicidad del lenguaje protocolario en el ámbito de la redacción de textos y cartas.